Eduardo no está solo

Los santones del periodismo ultraconservador no escribirán mañana de Eduardo. Si lo hicieran sería para denigrarle como persona, como político y como víctima del terrorismo. Así  que mejor que no escriban, que no hablen, que no nos salpiquen con su saliva.

Eduardo Madina ha declarado en la Audiencia Nacional en el juicio contra los miembros de ETA acusados de atentar contra él. En su declaración ha demostrado una vez más su personalidad serena, inteligente y alejada de cualquier resentimiento. Con el atentado,” En mi casa se hizo de noche y una sombra de pena y de tristeza envolvió a mi familia» y enfatiza que intentaron arrebatarle el compromiso político. No lo consiguieron, no lo conseguirán.

Esos columneros que todo lo pontifican no estarán satisfechos porque Eduardo no responde al prototipo de víctima que ellos jalean. La referencia ética de la lucha contra el terrorismo que representa Madina para ellos es una traición o la respuesta de quien que vive bajo los efectos del Síndrome de Estocolmo como se puede leer en algún sitio infame. Para estos expendedores de autenticidades, Eduardo no es una víctima, es un diputado del PSOE que apoya el proceso de paz. Altivos y endiosados repudian a las víctimas que no comulgan con las tesis fundamentadas en el odio, la venganza y en la sentencia bíblica del ojo por ojo y diente por diente

Cuando Eduardo, al igual que otras víctimas reales de ETA, se ha sentado frente a los terroristas, ha demostrado su valía humana, su serenidad de ánimos y su claridad intelectual. Frente a la venganza airada, Eduardo exige serenamente Justicia; nada más, nada menos.

Mañana algunos no escribirán de Eduardo, hoy otros no le han acompañado. Tampoco se les esperaba.