6 de diciembre, ¿lo celebramos?
Arkimia es un blog recomendable para quienes les interese un acercamiento a la arquitectura y el urbanismo más allá de los escándalos actuales de hoy, ayer y anteayer. Arkimia es también un espacio para la reflexión política desde una perspectiva de izquierda; en cualquier caso es un blog muy aconsejable. Coloca y enlaza Fernando Martínez, el autor del blog, un cartel bellísimo y el texto de convocatoria a la manifestación para el 6 de diciembre en Madrid y se pregunta si tenemos algo que celebrar el 6 de diciembre.
Cuando escucho o leo a la extrema derecha, no tengo dudas; la Constitución es un asidero necesario. Cuando observo cómo el actual Gobierno se doblega a las intereses de la Iglesia vaticanista, me asaltan las dudas y no atisbo la separación constitucional entre la Iglesia y el Estado. Cuando leo que todos tenemos derecho a una vivienda digna, aplaudo, miro a mi alrededor y contemplo cómo a pesar de la proliferación de edificios, la vivienda no está al alcance de los ciudadanos salvo para quienes pasan por las horcas caudinas de la Banca. Cuando la derecha democrática y la aledaña a la extrema, intenta apropiársela, refiriéndose a ella como si fuera su patrimonio exclusivo; pienso que habría que sublevarse y hacer una interpretación progresista de la misma.
Es bueno hacer memoria y recordar que cuando se redactó veníamos de una dictadura que se extendió durante cuarenta años. Cuarenta años sin libertades y sin derechos, cuarenta años de un Estado tirano fuertemente centralizado, vigilante y opresor que surgió del golpe de Estado que abolió los valores del republicanismo democrático, federalista, laico y solidario de la II República. La Constitución vigente cuenta con aspectos mejorables y otros que pudieran derogarse, el Titulo II por ejemplo, pero más que celebrar o rechazar sería deseable una modificación para adaptarla a las necesidades actuales.
Celebrar el día de la Constitución, para muchos, puede resultar excesivo porque hay situaciones que no invitan a ello sin embargo puede haber más responsabilidad en los encargados de desarrollarla que en el propio texto constitucional.
Creo que la Constitución tiene sus lagunas y sus fallos, lógicos por el momento en que se creó ya que tuvo que contentar a muchas partes y en ese momento el horno no estaba para bollos.
Tiene cosas mejorables pero dentro de todo es el sustento de nuestra democracia.
De todas maneras, yo tengo cosas más importantes a celebrar.
Gracias por los halagos. Tomando la expresión de Gemma: el horno ahora SÍ está para bollos. Es el momento.
Yo, por supuesto, no celebré nada. No encontré motivo alguno.