Modelos a rechazar
Escribe Mercé Perelló que los niños imitan a los padres y que somos los principales modelos a seguir por nuestros hijos. Tiene razón, equivocadamente pensamos que los niños no escrutan nuestros actos. Parecen ajenos a todo, como si no fuera con ellos: juegan, sonríen, corren, gritan pero observan todo lo que hacemos.
Recientemente, claudicante ante hipotecas familiares y sociales, asistí a la celebración de la primera, y muy probablemente última, comunión de una pequeña de nueve años. El local reservado y contratado, servicio de catering incluido, desde hace unos meses. Gastos de vestimenta, como de novia, para la comulgante así como para hermanos, padres y madre. Compra de recuerdos para los asistentes infantiles además de la consabida fotografía del evento realizada, en un estudio fotográfico días antes, donde aparecía con poses de modelo artificiosamente angelical. Los invitados sabían de la lista de regalos concertada con unos grandes almacenes. ¡Como una boda oiga, como una boda! Y como tal no faltaba ni la traca final: ¡barra libre! Supongo que la niña que hizo la primera comunión y todos los menores que asistieron al evento gastronómico, etílico y festivo nos observaron en nuestras conductas de adultos; seguro que aprendieron el modelo a seguir.
En la campaña electoral, otro tanto de lo mismo. Escucho distintos debates en radio entre candidatos de poblaciones de la provincia de Cádiz; Vejer, Puerto Real, Chiclana. Seguramente estos debates no diferirán si los protagonistas fueran de otras localidades, provincia o comunidad; en cualquier caso, una vergüenza. Lenguaje insultante y provocador, intentos continuos de golpes bajos con insinuaciones que, de ser ciertas, ya deberían estar en los juzgados; intento de ridiculización del adversario: en definitiva, ganas de salir corriendo y por ahí que les den. ¿Que se pretende con esa agresividad verbal?, ¿convencer o que nos alejemos?
Imagino la dificultad que un docente tendría para explicar a sus alumnos, que el sistema democrático está basado en el respeto y la tolerancia del contrario; en el contraste de pareceres, en la capacidad de persuasión y convicción de cada candidato para que el electorado se decante por su opción. Imagino a los jóvenes estupefactos ante la sarta de estupideces que dicen los candidatos o alucinando ante la agresividad verbal de quienes aspiran a ser sus representantes.
Observarán las conductas de esos mayores que aspiran a representarles; seguro que aprendieron el modelo a seguir. En cualquier caso, si llegado el día, deciden no votar, ¿se lo reprochamos?
Haz lo que digo y no lo que hago.
¡Qué difícil es encontrar la pedagogía! Lo más habitual es toparse con la burrogogía o bestiagogía. No se trata de educar, sino de conducir burros, fomentar el gregarismo, anti-politicismo y otros ismos de la misma ralea.
salud y suerte
En cuanto a lo de las celebraciones del «acto de la comunión» Es aberrante total la situación que se reproduce tantas veces por gente cercana a ti. En mi propio caso acudí a la de unos sobrinos, con toda esa parafernalia, que ellos mismos requirieron, imitando supongo las conductas que antes vieran, y sus padres acataron. Perdieron la fe una vez recibidos los oportunos regalos ¡claro está!
¿Cuantas veces escuchamos aquello de? … no, no, si yo no creo … pero la tradición … y por no llevar la contraria a mi pareja. De risa pitonisa ¿a quien pretenden engañar? Yo pienso y ya pensaba cuando no reproduje esto, que es un mal empiece para una relación. ¡Y me he pasado a las bodas!
En cuanto a la campaña electoral, un aburrimiento, se podían ahorrar, nos podían ahorrar, los gastos que supone, porque es estúpido lo que se oye, parece que estuvieras en el mercado.
Bueno … y ¿a quien votamos en la municipales? soy votante en Getafe.
Besos y buen día, lluvioso día. PAQUITA
esto que cuentas de la comunión me horroriza. no sé cómo los padres lo consienten. ya me horroriza bastante el negocio puro y duro en que se ha convertido una boda, como para imitarlo en comuniones y bautizos, que ya están empezando. joer.
hace poco, un colegio asistió a una sesión del congreso. fue un día especialmente duro. el profesor y los alumnos escribieron una carta a sus señorías manifestando su vergüenza ante el espectáculo que habían presenciado, ¿lo recordáis?
Tienes mucha razón, para bien y para mal, muchas veces, somos lo que vemos.