El paraiso en la otra esquina
En busca de un sueño
hermoso y rebelde.
En busca de un sueño
que gana y que pierde.
Silvio Rodríguez
Flora Tristán jugaba al Paraíso en Auxerre; años después observó a un grupo de niños en Arequipa jugando al juego que ella pensaba francés. Paul Gauguin también lo jugó en su infancia; más tarde, en una lejana isla del Pacífico Sur, comprobó cómo aquel entretenimiento infantil había llegado hasta tan recóndito lugar.
– ¿Es aquí el Paraíso?
– No. No es aquí, es en la otra esquina
Mientras se formulaba esta pregunta, el resto de jugadores cambiaban de posición.
Durante la infancia jugábamos también al paraíso, pero en una modalidad más prosaica ¿Tienes fuego?, preguntaba el que la llevaba; “Allí enfrente humea”, aspirando la h hasta convertirla en j, respondía el interlocutor mientras el resto corría de esquina en esquina del zaguán del colegio
Este juego antiguo y con múltiples variantes puede servir como metáfora de la vida. El hombre siempre ha buscado el paraíso y sin embargo, éste siempre le resultó esquivo; siempre lo enviaron a la otra esquina. Acaso como ejemplo de soñadores o buscadores de los paraísos perdidos o de los paraísos que nunca existieron, Vargas Llosa escogió a la socialista Flora Tritán y a su nieto, Paul Gauguin, un pintor que convulsionó los cánones estéticos contemporáneos, para convertirlos en personajes literarios al recrear sus intensas y rebeldes existencias.
Dos personajes en busca de un sueño, con dos concepciones de vidas diferentes y unidos por una vocación férrea en la defensa sus ideas por encima de cualquier obstáculo. Dos personajes en busca del paraíso. Dos paraísos distintos. Como esos paraísos les serán esquivos, ambos se sublevaran y afanarán por alcanzarlos. Para la abuela el paraíso es un espacio de libertad, de integridad, de respeto a los derechos de los trabajadores; un lugar donde desterrar la iniquidad, la injusticia social, la pobreza, la miseria y la ignorancia. Para el nieto, el paraíso es menos ambicioso. No pretende convencer a los demás de las virtudes de su pintura, de su experiencia vital; simplemente busca un lugar donde poder pintar y vivir la vida de la manera más natural. Cuando deja su profesión de agente de bolsa y su cómoda vida familiar y profesional para dedicarse a la pintura ya había descubierto cierta aversión por lo convencional y por la civilización mojigata de una Europa vieja y decadente. Entonces busca el antídoto en la vida natural, en la ingenuidad que encarna la gente sencilla. Su arte necesita un estilo simple, alejado de la realidad inerte del pintor fotógrafo, del detallismo del realista o del virtuosismo de los impresionistas.
Cuando Gauguin se embarcó en 1891 rumbo a Tahití lo hacía con la intención de llegar a un paraíso con nativos que vivían en sensual armonía con la naturaleza y sus antiguas deidades. Pero cuando llegó los tahitianos ya habían sido “civilizados” por los misioneros católicos y protestantes así como por los administradores coloniales franceses. Gauguin intentó recrear en sus cuadros, esculturas y grabados ese paraíso perdido que en su mente era un mundo idílico de mujeres desnudas, pareos llenos de colores, paisajes exuberantes y espíritus extraños.
El autor afirmó, en algún acto de promoción de El Paraíso en la otra esquina, que este libro “tiene más de novela que de memoria histórica”, y que “lo inventado es más importante en la obra que lo histórico”. Sin embargo, eliminando secuencias concretas de la narración, pasajes puntuales, producto efectivamente de la fantasía que no responden a la realidad, lo cierto es que Varga Llosa consigue describirnos muy certeramente a los personajes reales. El retrato que nos traslada, la semblanza de Flora Tristán y Paul Gauguin resultan ser de gran fidelidad y logra conectar dos formas de vida y modos de pensamiento que, aunque siguen caminos paralelos en la forma de conseguir sus objetivos, persiguen un fin único en el sentido de alcanzar lo inalcanzable y desprenderse de muchas cosas para lograr tal objetivo.
Hasta su lectura únicamente sabía de Flora Tristán por un pequeño libro de Iris M. Zavala titulado “El texto en la Historia” que recogía algunos artículos sobre novela, modernismo, literatura popular, literatura e ideología o socialismo decimonónico. La escritora puertorriqueña describe a Flora Tristán como una mujer que “absorbió todas las corrientes sociales de la época y, finalmente, propuso su sueño de una sociedad más justa, de un mundo más feliz: un proletariado consciente e internacionalista que luchara por las causas de los esclavizados”.
Podría afirmarse a modo de conclusión que esta novela es la historia de una mujer que intentó construir un paraíso, y de su nieto artista que intentó encontrar un paraíso perdido. También la historia del fracaso de una búsqueda pero que nos deja el ejemplo de una vida y una obra impresionante.
Probablemente no sea una gran novela pero su lectura me sirvió para conocer un poco más a dos personajes históricos y entenderlos algo mejor.
Un libro espléndido. Cuando MVLL se deja de politiquillas y se pone a escribir en serio le salen redondos. Me alegra coincidir con tus gustos.
Genial libro, Júcaro. Me encanta todolo que hace Vargas Llosa. Pero ese libro me apasionó. Su técnica literaria es genial en estas páginas. Saludos desde Madrid.
OFFTOPIC:
Te he propuesto un «meme» sobre la influencia de los blogs.
Si te apetece, lo sigues, y si no, pues no. Te lo agradeceré igual.
Un saludo.
/OFFTOPIC
UNA MAS DE SUS OBRAS GENIALES, CON ESA FACILIDAD QUE NOS
TRASLADA EN EL TIEMPO Y HACE VIVIR EN IMAGINACION COSAS
QUE NUNCA PODREMOS REALIZAR EN LA REALIDAD, SOLO ESPERO SU PROXIMA OBRA MAESTRA.
UN ABRAZO
EFEJOTA /
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Francisco: Algo que no alcanzo a comprender es el despecho con el que Mario Vargas Llosa es tratado por muchos a causa de su ideología. Especialmente porque aunque no sea la nuestra, la suya no resulta nada estridente, ni tremendista, ni denigrante. Otros escritores del llamado boom latinoamericano no han tenido ese prejuicio: Cortázar, Roa Bastos, Onetti o García Márquez.
Leo los artículos que suele publicar, Piedra de toque, cada domingo en El País. Por lo general discrepo de sus posicionamientos pero me parece un observador relevante y que contempla el panorama desde una cierta distancia y asepsia. Como novelista me parece mucho más importante.
Saludos
EL PARAISO EN LA OTRA ESQUINA; oja ahi estuviera, pero no. Realmente leer esta obra maestra fue como renacer ala vida, le dio un vuelco ala misma, lo puedo leer y releerlo y nunca me dejara de gustar. esa forma tan intrensica de describir las vidas de los personajes que te hace que eleves hasta lo mas extenso a tu imaginacion es incomparable. un mundo e utopias, vaya este hombre si que es un genio.
Mario Vargas Llosa es un maestro en la literatura, con cada libro uno sueña un poco este libro igual que los otros que he leído fue fantástico.
Lamento discrepar del resto de los lectores, pero a mí me parece un libro bastante malo. Escrito con dudoso gusto, no engancha en ningún momento y es bastante aburrido. El estilo de la narración es de lo más extraño que he visto y desde luego, no lo recomendaría a nadie.
Abuela y nieto,Flora y Paul,una vida que antecede y otra que es su consecuencia.En la primera el destino se ensaña en meterla al fango,en la segunda deja la comodidad de una vida burguesa para aventurarse en el arte en plena libertad.Ambos empedernidos en encontrar el paraiso que les es esquivo pero disfrutando de cada instancia por lograrlo.Una descripcion maestra de las muertes de los personajes donde lo dan todo hasta el final demostrando su casta de luchadores.Y la busqueda atraviesa diferentes facetas incluyendo la carnal que rompe con la simetria occidental del sexo,lideres ambos,cada uno en lo suyo trascendental.La lucha inedita hasta entonces por los derechos de la mujer,y la pintura deseuropeizada de Paul que marcaron un hito importante.Y la manera tan especial de colocar a Arequipa dentro de la geografia literaria dandola a conocer como nexo del desarrollo personal de Flora.Una gran historia como para aprender de ambos personajes.Una invitacion a la reflexion y a la confrontacion con la muerte.Simplemente magistral MVLL.
La verdad no existen ningún fabulador alejado de la política, y lo de Vargas llosa es algo formidable, estudiarlo es encontrar en él algo más que en buen novelista, es darnos cuenta que su filosofía política es indispensable para contagiarnos esa persuasion que todo buen novelista usa en sus obras. VIVA LA UNIÓN POLÍTICO – LITERATO, Saludos , amigos de Perú y el Mundo Saludos amigo Pierre Miró,