Mario Benedetti
18 mayo 2009
Predican sobre el mundo, pero en verdad son moralistas del vacío. Descartan todas las propuestas, derriban todas las esperanzas; manejan la libertad no como una conquista sino como un fetiche. Pero lo cierto es que ya a nadie le sirve arrendar confortables habitaciones del Hotel del Abismo, así se trate de un Abyss Sheraton. Sea por instinto de conservación o por conciencia de progreso (en este solo caso vienen a ser lo mismo), a América Latina en particular, y al Tercer Mundo en general, no nos van a dejar otra opción que convertirnos en fervorosos, indefensos, activos militantes de la utopía. Entre otras, de la utopia de vivir.
Mario Benedetti, «La realidad y la palabra»
6 comentarios
leave one →
Todos los blogs amigos abren hoy sus ediciones con la noticia, pero no veo en ninguno tristeza, sino aprecio y consideración por la obra de éste hombre. Espero que su obra perdure mucho tiempo.
Reproducir sus textos es una buena forma de reconocerle como alguien cercano. ¿Tristeza? Nos quedan sus versos, su enorme producción, para mantener vivo sus valores.
Estoy muy sorpendido por la respuesta de la blogosfera; los más valientes escriben palabras de reconocimiento quienes no nos atrevemos con tanto reproducimos sus textos.
Sería curioso buscar qué obras son las más presente, las más recordadas; estuve un rato en el empeño pero la respuesta es tan enorme que he disistido.
El mejor recuerdo, podría ser la lectura de cualquiera de sus poemas. Me quedo con «Un poema del alma».
No debe ser fácil ser un escritor universal, comprometido y distante del poder.
No tengo un poema en concreto, ahora se me vienen a la memorai los que cantaron otros poetas; Viglieti, Serrat Milanés…
Lo que siempre me gustó de Benedetti fue la sencillez de sus poemas -paecen que pudieran ser escritos por cualquiera- y su compromiso.
Estaré donde menos
lo esperes
por ejemplo
en un árbol añoso
de oscuros cabeceos.
Estaré en un lejano
horizonte sin horas
en la huella del tacto
en tu sombra y mi sombra.
Si Mario no dejaremos de ver un lejano horizonte, para poder asi encontrarte y encontrar la huella de tu tacto….
…a dónde va un poeta cuando muere…
De vez en cuando hay que hacer una pausa…
y con cuanta humildad haces la tuya…
mi dulce Benedetti
ahora me verás leerte y parafrasearte desde quien sabe dónde…
no alcancé a llegar hasta Montevideo, para rastrearte, para encontrarte… no imaginé que te fueras tan pronto…
Te pensé eterno como tus letras
mi dulce Benedetti
no le puse urgencia a este abrazo huérfano
que hoy me deja suspendida…
era la carne en poema
era la vida poema
no el libro
si no los dedos frenéticos plasmando tus propios pesares…
quería tanto llegar a Montevideo y encontrarte
abrazarte
y decirte cuanto me han cobijado tus palabras…
te pensaba eterno…
tibio
mi benedetti querido
yo me siento huérfana..
mutilada en lo profundo del alma
y llenándome de letras el vacío
sé que no encontraré consuelo..
Buen viaje y hasta quién sabe cuando…