Desnudo integral de Cospedal y Montoro

El verano es la estación proclive al ruido y a la distracción. Hace calor, abrimos las ventanas, salimos a la calle; quienes pueden se sientan en las terrazas, se tumban en las playas o chapotean en las piscinas. Los periódicos adelgazan, y los noticieros alivian sus contenidos. El verano es también estación permisiva para aligerar nuestros ropajes o desprendernos de ellos. Sucede también que cuando el calor aprieta demasiado, la sustancia gris de algunos políticos deja marcas visibles de su mediocridad.

En el mismo verano que a Teo la ha dado por perseguir nudistas, algunos políticos del PP han optado por llevarle la contraria y despelotarse públicamente. ¡Para que luego se diga que en el PP no hay pluralidad!  Así las cosas, parece que definitivamente ya llegó la derecha sin complejos que tanto reclamaba Aznar. El nudismo tiene entre otras ventajas, para el practicante, la de mostrarse tal y como es, sin ropajes que oculten o disimule carencias o excesos.  

Será que la calor desinhibe o que entre tanta temperatura y ruido. la gente está a lo que está, y determinados políticos tienen la necesidad de erigirse en protagonistas a cualquier precio. Sea como fuere en esta democracia escénica algunos personajes del PP han decidido enseñárnoslo todo. De los desnudos integrales de Cospedal ya nos hemos ocupado. Los púdicos, por favor, abandonen esta lectura porque toca ahora exponer las vergüenzas de D. Cristóbal Montoro.

Con moreno espectacular, puede que adquirido en las playas nudistas de Andalucía -el susodicho, además de coordinador de Economía del partido, es diputado por Córdoba-,  D. Cristóbal nos ofrece una muestra más de la España que desea construir. Si en la España democrática y de derecho hay que demostrar la culpabilidad, en la España bananera y de derechas, que pretende instaurar el PP, como en todo proceso inquisitorial, el inocente tendrá qeu aportar pruebas de su inocencia.

Cristóbal Montoro emplazó al Gobierno socialista a demostrar que son falsas las denuncias que ha hecho el PP sobre las supuestas escuchas ilegales a miembros de su partido. Es decir,  que el acusador no tiene que aportar prueba alguna pero el acusado debe presentar todas las que le puedan exonerar de cada acusación. Quien sea señalado tendrá que demostrar la falsedad de la acusación que le hicieren porque de lo contrario quedará la duda. Así las cosas, si el PP acusa que desde diferentes instancia del Estado se ha orquestado toda una trama para desprestigiar al Partido Popular, no es preciso que  presenten pruebas sino que corresponderá al Estado, al Gobierno o al PSOE, demostrar que la acusación es falsa. Es decir, que la presunción de inocencia tan reclamada para los suyos últimamente, la convierten en presunción de culpabilidad cuando se trata de socialistas.

En la España bananera del PP, que el PSOE pretenda hacer efectiva la representación que le corresponde es observado como una villanía y así, este tal señor Montoro, que por el cargo que ocupa debiera conocer la legislación y los distintos procedimientos previstos para ocupar un puesto en el Senado, se queda tan pancho cuando, para justificar el secuestro el puesto de senadora de Leire Pajín, retuerce el lenguaje, lo pervierte y vomita: “Zapatero coloca a su gente en las instituciones“.

En el desnudo convencional lo mismo de siempre nos queda delante como cantara alguien pero, en este desnudo integral del que nos ocupamos, hay algo más que un simple quitarse las ropas. D. Cristóbal, como ya hicieran Cospedal y Rajoy, nos adelanta y muestra la España bananera que defiende el PP.

Aquí otros que comentan sobre la cuestión: Alberto Ríos,  Animalpolítico2,  José Manuel González de la Cuesta, Juan, Peperufo, Raúl Pleguezuelo,