¡López Garrido, dimisión!
¿Dónde ponemos el listón? Si la justicia tiene un tiempo diferente a la política, ¿por qué tenemos que esperar a que la justicia dicte sentencia?
– ¡Ya…!, que la denuncia la presenta una asociación cristianizadora. Entonces, ¿ la ejemplaridad hay que considerarla en función del partido afectado y la honorabilidad del querellante?
Es cierto que el asunto apesta a operación político-partidista pero Diego López Garrido debe dimitir. Que dimita, que se defienda en los tribunales, que se querelle contra esos del Centro Jurídico Tomás Moro y cuando la Justicia le declare inocente, que se le restituya en su puesto con todos los reconocimientos.
A los políticos hay que desmitificarlos y puesto que viven de nuestra voluntad e impuestos, no estaría mal que ante la imputación, como medida profiláctica y preventiva, se opte por la separación cautelar del cargo o cargos públicos que ostenten. Puede que algunos impresentables quieran jugar ciertas ventajas, pero estos riesgos deben ir en el sueldo. A los inocentes siempre habrá tiempo para reconocerles su inocencia.
Suscribo
Jucaro, se agradece el link, y me parece aún más valiente viniendo de un militante
Saludos y gracias de nuevo.
Insisto en mi opinión que expresé en el blog de Surco. Estamos pidiendo lo que justamente esperan que pidamos aquellos que no quieren ni limpieza ni lucha contra la corrupción. Podemos generar dinámicas muy peligrosas si entramos en la escrupulosidad política en este momento.
Pedro, en la última entrada de tu blog escribas: «El otro día un político del PP hablaba de los casos de corrupción (en concreto de la corrupción en Cataluña). Decía que no era bueno que los partidos mayoritarios se echasen los trastos a la cabeza con la corrupción, porque ante la presencia de casos de corrupción en todos los partidos se podría potenciar así la presencia y crecimiento de partidos extremistas que podrían ser antidemocráticos«. Calificaba esa actitud de obscena; yo, comparto esa calificación. Saludos.
Creo también que la responsabilidad judicial es distincta de la política, pero francamente dudo mucho de que la responsabilidad política de Garrido corra peligro por una querella de una asociación de integristas católicos.
Ya se sabe el trasfondo de esta querella contra Diego López Garrido por subvenciones otorgadas a la Fundación Alternativas: se trata de una reacción de antiabortitas ante su idea de que dicha Fundación es la inspiradora de la Ley del aborto.
Esta querella no tiene base ni fundamento alguno, ni posibilidad de prosperar, sea en los juzgados o en la opinión.