Rajoy; nada por aquí, nada por allí
En la última de sus muy frecuentes visitas a Andalucía, Rajoy anunció que tenía un plan. Se supone que hacía referencia a un plan para salir de la crisis aunque; como es habitual en él, se quedó en el titular. Quizá soñara que toda la prensa de tirada nacional proclive al PP, unas por convicción o interés y alguna por despecho futbolero, llevaría a primera página su anunciado plan. Pero los sueños no se corresponden siempre con la realidad.
Mariano Rajoy, en su perorar florido y rancio, me hace recordar a los ilusionistas que nos entretenían de pequeños, aquellos que decían eso de «nada por aquí, nada por allí»; y efectivamente, mientras que nos distraían entre el nada aquí y el allí, aprovechaban para hacer el truco de turno y, en nuestra inocencia infantil, dejarnos con la boca abierta. Puede que el problema para Rajoy sea que ya no nos dejamos alelar.
Rajoy pretende que aceptemos su plan como si fuera una cuestión de fe. A los ciudadanos no nos lo cuenta, a quienes presiden las comunidades autónomas gobernadas por su partido parece que tampoco. ¿Qué sentido de Estado tiene este modélico patriotero cuando oculta su prodigioso plan a los ciudadanos? ¿Qué lealtad para con los propios, cuando oculta su plan a los mismos Camps o Esperanza Aguirre que han comprobado cómo el desempleo creció en Valencia un 33,54% y en Madrid un 30,87%? ¿Acaso es cierto eso del cuanto peor mejor, y que sólo le preocupa recuperar la Moncloa?
De sus palabras, al día siguiente, en «Los desayunos de TVE», se deduce que su famoso plan se reduce a congelar el sueldo de los funcionarios y en abaratar el despido. También suele hablar de la contención del gasto público pero esas palabras no se corresponden con la realidad de la gestión que hacen los dirigentes del PP. Se sabe que sólo el ayuntamiento de Madrid (PP) acumula el 25% de la deuda de todos los municipios españoles. También conocemos que entre las comunidades autónomas la de Valencia (PP) es la más endeudada con un 13% de su PIB. En el control del gasto público que propugna Rajoy también cabría considerar el salario de sus políticos y entonces no estaría mal recordar a este aspirante que tanto la presidenta de la Comunidad de Madrid, como el vicepresidente y los consejeros, tienen sueldos superiores al presidente del Gobierno.
Reconozco que no soy objetivo, es algo que tampoco pretendo. por ello, cuando Rajoy habla del control del déficit veo en peligro las políticas sociales que tratan de favorecer la integración de los más desfavorecidos y de paliar las diferencias propias de un sistema como en el que vivimos.
«¿Acaso es cierto eso del cuanto peor mejor, y que sólo le preocupa recuperar la Moncloa?» Es la estrategia del PP, eso no hay quien lo dude. Én eso consiste su plan, tan inconfesable y absurdo que él mismo parece sentir vergüenza de reconocerlo, tal vez por eso lo calla.
Detrás de Rajoy no hay nada, sólo ambición de poder, y no para gobernar en favor del ciudadano precisamente.
Dices bien, si su modelo es la Comunidad Valenciana, vamos listos. Verás cómo acaban llevando la Copa América al Manzanares.
Juan Pedro, totalmente de acuerdo con su comentario. La demagogia, la constante apelación a los instintos más primarios y la necesidad enfermiza de visualizar al contrario político como un enemigo nefasto, ruin y peligroso, son constantes en la hoja de ruta del PP y su caterva hacia la Moncloa.
Hombre, algo sí que ha adelantado – por televisión y porque el locutor le apretó las tuercas-, congelación del salario de los funcionarios y revisión a la baja de la indemnización por despido (según el tiempo trabajado)… sí, yo también me quedé con que eso es lo que existe ahora mismo, pero qué se le va a hacer, de donde no hay…
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Efectivemente Santi, eso es lo que escribo en el post: «De sus palabras, al día siguiente, en «Los desayunos de TVE», se deduce que su famoso plan se reduce a congelar el sueldo de los funcionarios y en abaratar el despido». Es cierto que no cabe esperar de donde no hay, pero se hace necesario también decirlo una y otra vez.
No ha cambiado nada: cuánto peor, mejor. Su plan es el que no puede contar. Luis Solana lo explica muy bien.
Nicolás, he buscado el post de Luis Solana al que aludes y no lo encuentro, ¿puedes pasarnos el enlace?