González Pons y la velocidad
Escuchar a Esteban González Pons, en el nuevo drama nacional, es un trago que provoca cierta fatiga. El vicesecretario de Comunicación del PP ha calificado de «soviética» la reducción del límite de velocidad y ha realizado un sorprendente juego de palabras con Cuba y la libertad. Resultan chocantes determinadas asociaciones de ideas en el dirigente de un partido que aún no han condenado el franquismo.
Desconozco si el acuerdo del Gobierno tendrá la repercusión de ahorro energético y económico que pretende. En el aspecto meramente económico, tengo serias dudas porque a un menor consumo de gasolina menos ingresos obtendrá el Estado de los impuestos con los que están cargados los carburantes. En todo caso, parece evidente que tenemos un modelo energético insostenible desde el punto de vista económico y ambiental. Por ello, habiendo materia, cansa que se vuelva a hurtar el debate político y se opte por el ruido y la descalificación. Estas palabras recuerdan demasiado a otra salida beoda de un dirigente del PP, cuando dijo aquello de: «A mí no me gusta que me digan; no puede ir usted a más de tanta velocidad, no puede usted comer hamburguesas de tanto […] Yo siempre pienso, ¿y quién te ha dicho a ti, que quiero que conduzcas por mí?».
Probablemente el señor Esteban no hizo cálculo alguno y con un exceso de velocidad se lanzó a la piscina sin percatarse de que la acababan de vaciar. Menosprecia el valor de la libertad cuando la manosea por tan poca cosa porque si en un trayecto de 100 kilómetros, conducir a 110 o 120 km/h, la diferencia no alcanza los 5 minutos, ya me dirán. Cuando en estos días observamos el doloroso precio de conquistar la libertad, por mucha prisa que tenga el señor González Pons, debiera contener su celeridad y calcular un poco sus palabras.
Bastaría con recopilar sus palabras para comprobar que a don Esteban le gusta la velocidad. Y así comprobar que suele sustituir la argumentación política por el ruido y que entre la deliberación, la argumentación democrática y el razonamiento, prefiere escupir a escape libre. González Pons recuerda a aquel personaje de «Garganta profunda» que se lamentaba porque le faltaban 10 centímetros para la felicidad; a don Esteban, le faltan 10km/h para alcanzar la libertad. ¡Qué cosas!
González Pons es el tocino. Por aquello del tocino y la velocidad. Esta nueva sonrisa del régimen tiene mucha mala baba. Esperemos que se ahogue en ella.
Salud y República
Mientras no confunda la velocidad con el tocino…
Creo que dar pie a las declaraciones del impresentable González Pons, en realidad es darle «publicidad» al susodicho, e intentar así, amainar la «impresentable» medida de un Gobierno perdido, sin rumbo y que nos llevará al abismo desde la supuesta ideología que dice representar.
Si un gobierno «supuestamente» de izquierdas, hace la política más de derechas (que los propios), ¿ qué nos espera en el futuro ?
Lo de 120 a 110 (no sé quién fue la cabeza «pensante») es una vergüenza, por decir poco.
Para empezar, el supuesto ahorro será ridículo. El mayor ahorro consistirá en que los ciudadanos humildes y paganos de la crisis (la mayoría votantes de izquierdas) saldremos menos a la carretera para evitar que nos pille el rádar. Quien no tenga otra alternativa, pues ya sabe que el rádar estará atento ante cualquier descuido.
Moraleja: de ahorro, nada de nada, de nada. Denuncias por el rádar: aumentarán hasta el extremo de corregir los efectos de ese …»ahorro».
Si el cinemómetro (antes) saltaba a 135 cuando la limitación era de 120 kms/hora, ahora saltará (según cálculo corregido del 10 %), pues a 122 kms/h. Es decir, podemos continuar circulando a 120 kms/hora sin que nos pongan una multa, pero en cuanto nos descuidemos un poquitín (sólo 2 kms por encima…), pues a pagar la deuda petrolífera….
Increíble, pero cierto.
Me sorprende la contundencia de tu comentario Toni. Siempre respondiste en este espacio con mucha sensatez y destreza y sin embargo ahora no comparto tanta indignación con la reducción en el límite de velocidad. Este Gobierno sí ha tomado otras medidas que merecen estos calificativos, pero ésta en concreto no me parece tan descabellada. Desconozco si se conseguirán lso objetivos propuestos, particularmente lo dudo mucho, pero aún así no creo que ésta sea para una respuesta como la expresada por González Esteban.
Igual la militancia me impida observar la realidad con mayor objetividad pero cuantas veces tengo que expresar mi desacuerdo con muchas de las medidas adoptadas, en la presente legislatura, por el Gobierno de Rodríguez Zapatero, este espacio ha sido y es testigo de mi frustración y desengaño. No pretendo con el post «amainar» una deriba lamnetable pero, si así lo entiendes será que no supe expresarme de manera más convincente.
Un abrazo,
Como tú bien dices, Júcaro, la «contundencia» es esa gota que colma el vaso de todos los despropósitos realizados por este Gobierno (nuestro Gobierno) durante el último año.
Creo que la sensatez está en poner en evidencia las políticas antisociales de un Gobierno que se considera socialista.
Además, esta medida del 120 al 110 es totalmente inoportuna, ineficaz y con un fin exclusivamente recaudatorio (Rubalcaba dijo que era una medida improvisada y que su objetivo no era disminuir los accidentes).
Sinceramente, si nuestro Gobierno (al que yo voté), pierde el rumbo y traiciona a su ideología, y sobre todo a sus votantes, pues las víctimas de esta sinrazón no podemos mirar para otro lado.
Cuando venga el PP, con la continuación de las rebajas, entonces, ¿ qué dirán todos aquellos que ahora están en silencio mientras Zapatero dilapida todo el crédito conseguido por el PSOE durante lus últimos años ?
Salud y mis felicitaciones por el día de Andalucía.