Decencia política
Después de semanas de trincheras balompédicas tenía previsto actuar de igual manera para afrontar la campaña electoral en curso. En las semanas precedentes no leí ningún periódico futbolístico ni en los de información general, me detuve en sus páginas deportivas. Como me gusta el fútbol, decidí desconectar de todo lo que antecedía a cada encuentro y de las secuelas posteriores. Pensaba actuar de igual manera pero en este caso es mucho más complicado.
Comparto el dilema moral que se plantea Juan Pedro Serrano. La prensa reproduce testimonios de dos disparates éticos que adolecen de cualquier rasgo de honestidad intelectual y rigor. Podríamos aludir a muchos otros pero estos dos parecen superarse en indecencia.
González Pons: «Con escolta y buen sueldo, es muy fácil decir que Batasuna se presente y quedar de demócrata mundial, pero después hay que ir allí al País Vasco a defender la democracia en los pequeños pueblos». Dice estas palabras en referencia a los magistrados del Tribunal Constitucional y no tiene reparos en confundir porque Batasuna no se presenta y porque él mismo, con escolta, buen sueldo e inmunidad parlamentaria dice estas cosas.
Camps: “El abuelo de Zapatero no le transmitió ternura y cariño”. Sabe este señor, miembro de un partido que aún no ha condenado el franquismo, que Zapatero no lo pudo conocer porque cuando nació, su abuelo ya había sido fusilado por los golpistas del 36.
Han escrito también sobre abuelos y sabandijas, Alberto Sotillos y Ramón Cotarelo.
Es difícil ser más ruin, rastrero y despreciable de lo que han demostrado ser estos personajillos del PP Valenciano a los que te refieres en tu entrada. Si les quedara un mínimo de vergüenza, decencia y dignidad, hace tiempo que hubieran abandonado su actividad pública. Solo quien no se respeta a sí mismo, ni respeta a los demás, es capaz de un comportamiento tan abyecto como el que continuamente exhiben estos (des) honorables representantes del pueblo (?).
Siento vergüenza ante la posibilidad de que mis conciudadanos puedan legitimar con sus votos, como apuntan las encuestas, conductas tan despreciables como las que muestran a diario presuntos delincuentes como Camps, y políticos serviles como Pons.
Cada quien es cada cual y destila lo que destila. Es inevitable.
Hay que ser un hp de calibre monumental para mentar al abuelo, sabiendo lo que le pasó. En fin, no hay apelativos posibles.
Salud y República
Eceoimons are in dire straits, but I can count on this!