Ganas de provocar
Llega el Papa y la derecha se muestra tal y como es, arrogante, excluyente y antidemócrata. Es verdad que yo no le espero pero también es cierto que no me incomodaría tanto su presencia si no fuera por el derroche de pleitesía, incluidas las económicas, ante un señor que no nos visita como Jefe de Estado sino como líder religioso. Dice la Constitución que el nuestro es un país aconfesional aunque todos los gobiernos que hemos tenido han procedido obviando el artículo 16.3 de la misma. Llega el Papa y la señora Botella afirma que la celebración de la manifestación laica «son ganas de provocar«. Pero, dígame, señora Botella, ¿quién es el provocador?
Martínez Camino, por ejemplo, se ha referido a nosotros como «grupúsculo minoritario que lo que hace es parasitar«. Eso de grupúsculo, entre los que aún tenemos memoria, era una expresión muy usada por los franquistas y lo de parásito en boca de un cura podría tener su gracia si no fuera un sarcasmo y una ofensa.
El arzobispo de Toledo nos llama paletos. ¿Nos provoca con este adjetivo el gerifalte de una organización que encubre a pedófilos?
¿Acaso no es una vergüenza y una provocación que los peregrinos, recibidos con privilegios que le son negados a los ciudadanos de Madrid, hayan bloqueado el acceso a los manifestantes al grito de «esta plaza es del papa» para obstaculizar la marcha? ¿Se han enterado estos jóvenes que en España las plazas son públicas?
¿Y el Papa? Acaso no fue un acto de provocación cuando con motivo de su anterior visita y ya en el avión que le traía a España comparó el laicismo actual con el anticlericalismo de la primera mitad del siglo XX. Si de ganas de provocar se trata, ¿cómo calificar su diatriba contra las leyes españolas que toleran la unión entre homosexuales, el divorcio y el aborto en determinados supuestos.
¿Dónde está la provocación?, ¿quién provoca a quien? Si no fuera por el uso de dinero público la visita del Papa me resultaría ajena y nada tendría que decir. En este sentido, aquí no se criticará los perdones y las indulgencias plenarias que con tal visita se repartan entre sus seguidores pero que todo eso se haga con mis impuestos, sinceramente, son ganas de provocar.
Muy acertado. Supongo que no tienes comentarios porque cuando algo está tan bien dicho poco o nada se puede o debe añadir. Así, pues, ignora éste mi comentario. Un saludo.
ok! puede que no estén mucho de acuerdo con tu punto de vista, pero de todo ello hay mucho de verdad y la otra parte que solo se trata de opinión subjetiva, lo digo con todo respeto, no pretendo para nada ofender..
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