La noticia no es el muerto sino los vivos

La noticia no es el fallecimiento de ese icono global muerto en vida  y ahora resucitado, como un Lázaro bíblico, para el negocio desde el mismo instante de su de muerte. La noticia es algo más sofisticada que ese trance tan vulgar que a todos dicen nos iguala. La noticia no es Michael Jackson sino alguien que tiene nombre de insignia prendida en los ropajes del Partido Popular; Jacobo Pin.

En este país, hablar de justicia es mirar a la derecha de manera intuitiva. Aquí puede dimitir un ministro por una coincidencia inoportuna, un juez por investigar a la derecha puede ser sometido a una infame campaña de acoso y desprestigio pero que dimita miembros de la casta fetén del PP se antoja improbable. En realidad, si se habla de gente del PP y sus aledaños hay que aplicar la presunción de inocencia como si de un mandato divino se tratara. Para el resto, será de obligado cumplimiento la demostración inequívoca de su inocencia y preventivamente, por aquello de la higiene democrática,  le será exigida la dimisión mientras es objeto de escarnio público.  

Que el presidente del TSJM, en los inicios del caso Gúrtel, se reuniera en secreto con el secretario general del PP madrileño es una simple e inocente casualidad.  Como una eventualidad fortuita hay que entender el que Camps sea investigado por el órgano que tiene al frente una persona por quien los académicos están convocados para buscar un nuevo término porque la palabra amistad es insuficiente para definir la relación existente entre ambos. Conocemos que el Tribunal Supremo investiga al senador y tesorero nacional del Partido Popular y a  un diputado del mismo partido, pues bien, hete aquí que por pura coincidencia y de manera fortuita el magistrado designado para instruir el caso Gürtel en el Tribunal Supremo es un magistrado al que el PP propuso como vocal del CGPJ en 1996 y que, como una pura eventualidad más,   en noviembre de 2003 fue designado magistrado de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo gracias a los votos conservadores. Pero éstas son meras circunstancias aleatorias y fortuitas  de la relación entre la derecha y la judicatura y no deben llevarnos a pensar en cuestión distinta de la simple coincidencia. Como sobre esta  relación entre justicia y derecha podría escribirse una saga en varias entregas, convengamos que todo es fruto de la casualidad y si el  noveno juez del caso Fabra, es hijo de ilustre pepero,  es una coincidencia más que no nos debe hacer sospechar bajo ningún concepto.

Que la izquierda no funciona con los resortes de la derecha se pondrá de manifiesto una vez más. Por ejemplo, la izquierda no iniciará una campaña de desprestigio contra el juez Jacobo Pin por ser hijo de quien es ¿pero se imaginan la reación de la caverna, si el juzgado de Nules cayera en manos de un familiar de algún destacado militante socialista? Bastaría recordar el proceder del PP y sus voceros mediáticos con el fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana por estar casado con una diputada del PSOE. 

La noticia pues no es el finado que hoy ocupa todas las conversaciones y noticieros porque ya llevaba tiempo vagando como un zombi patético. La noticia es la constatación una vez más, que la relación entre la derecha y la justicia, es fortuita y meramente casual. La noticia no es el muerto sino los vivos.