El PP, la puta y el manicomio

Lo malo no es lo que votan, como decíamos en la reciente campaña europea, lo malo es lo que piensan. En democracia nunca será malo votar aunque existan otras posibilidades igualmente democráticas. Lo malo es lo que piensan, más que pensar debería utilizar otra palabra;  pensar es un acto noble e inteligente. Lo malo no es lo que votan sino lo que les han inculcado, cómo actúan y que pretendan darnos lecciones.

La obscenidad del triunfo mal digerido, la impúdica reacción ante la derrota, los trajes,  los bolsos, su patriotismo de hojalata o, si lo prefieren, de trapo, la supuesta superioridad moral de la derecha que se observa en el tono condescendiente y faltón del que tanto gusta Rajoy, y de manera muy especial su proceder ante la dificultad. Cuando le viene mal dada no tiene reparos en cobijarse bajo un victimismo ofensivo y, en un desvarío digno de diván,  la emprende contra jueces,fiscales,  medios de comunicación, policías o artistas, a quienes suele llamar titiriteros.  Estas formas de proceder tienen la replica mimética en otros escenarios más cotidianos y menos expuestos a los focos de los noticieros. Con cierta frecuencia, aquí, quien redacta estas líneas gusta de perderse en la Red y en ocasiones se topa con perlas curiosas y significativas. Lo sucedido es de hace unos meses, pero es un buen ejemplo del proceder de la derecha. Es, si quieren, una simple anécdota pero manifiesta una forma de actuar que ha calado desde sus máximos exponentes, Aznar o Rajoy por ejemplo, hasta cualquier concejal.

Con motivo del Día Internacional de la Mujer se representó en Vejer de la Frontera, por la Escuela de Artes Escénicas de Anabel Azúar, el monólogo de Darío Fo «La puta en el manicomio«. Pues bien, resulta que en un momento dado de la representación  «el portavoz del PP se levantó alentando a otras personas que abandonasen el teatro, contabilizando en voz alta el número de veces que se dijo la palabra puta«.  Se equivocan si piensan que el portavoz del PP en esta localidad es un indocumentado y un analfabeto. Bueno, puede que lo sea  pero tengo entendido que se trata de una persona joven y con formación universitaria. Se equivocan también si han intuido que en los pueblos de Andalucía, el PP está en manos de las familias de mayor renombre y tronío de cada lugar. Puede que lo esté, pero los rostros en las elecciones ya no son los de las «familias bien de toda la vida» de cada pueblo. En Vejer, los dirigentes locales son hijos de trabajadores, son jóvenes y buen número de ellos con un nivel de estudios muy aceptable. Sin embargo, ni su juventud ni su origen social, como tampoco su formación académica, impiden que actúen como los prototipos del conservadurismo más reaccionario. Así, son capaces de reaccionar de manera tan mojigata como improcedente y además sentirse orgullosos de su desdichada sobreactuación como para hacer ostentación pública y política de su proceder. 

Desconozco si el portavoz municipal del PP ignora quién es ese maravilloso bufón, si nunca escuchó hablar del cómico de la lengua irreverente, como le definió alguien,  o si por el contrario sabe que Dario Fo es un autor irreverente, ácido, irónico y anticlerical, un dramaturgo que no rehúsa ni la sensualidad ni la provocación en sus obras y en ese conocimiento, con sus valores por bandolera, este concejal tiene la osadía, ya sabemos que muchas veces es hija de la estulticia, para interrumpir una representación teatral y escenificar su desvarío. Lo malo no es que este portavoz municipal sea del PP, lo malo es que a estas alturas se reproduzcan reacciones contrarias a la libertad de expresión utilizando un acto cultural para interrumpirlo y dejar muestra de la categoría política del mequetrefe de turno.