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Olvido y memoria

28 agosto 2007

Desde que se pueden buscar, aparecen fosas del franquismo por todas partes; un día es en Lerma, otro en Salime o Málaga, mañana en cualquier lugar. El mapa del dolor está repleto de marcas como huellas indelebles de los horrores de la guerra y de la dictadura. Ya sabemos que la historia primera la escribieron los vencedores y que disfrazaron de anónimos y olvidos a los derrotados; también sabemos que hay muchos que no se resignan, que no nos resignamos.

Cuando la dictadura, por razones obvias; al principio de la democracia, por temor a fastidiarla, pero ¿y ahora? Pasan los años, la dictadura relegada a los libros de historias de enfoques diversos; la transición absurdamente venerada como una época gloriosa, pero ¿y ahora? Pasan los años, las décadas y nunca es el momento adecuado para rescatar la identidad, el reconocimiento de aquellos muertos. Suele suceder que sus muertos siempre fueron y son reconocidos, ensalzados y homenajeados. De pequeño pregunté por qué, en el pueblo, tenían calle solo los caídos de un bando. ¡Niño, eso no se pregunta!, me respondió la abuela con voz temblorosa. Pero, ¿y ahora?

En la transición o nos faltó valentía o la entrega a un práctico ejercicio posibilista pero una vez consolidada la democracia, no se entiende la petición de otro gesto de generosidad acaso para consolidar el olvido y el silencio.

Rajoy y toda esa patulea de la fascio cañí se preguntan, con frecuencia y desprecio, a quién le importa eso de la Memoria Histórica. Como si no tuviésemos derecho a recuperar nuestra propia memoria, la de los nuestros que también forma parte de la historia de este pueblo. Como si no tuviéramos derecho a recuperar los cuerpos de nuestros antepasados, a identificarlos y a exigir cierto grado de restitución; como si tuviéramos que permanecer mudos, callados y asustados ante el permanente intento de volverlos a aniquilar hasta de nuestra memoria.

Transcurrido un tiempo más que razonable, cuando ya no se pueden abrir viejas heridas porque pasado tanto tiempo deben estar cicatrizadas, el mínimo gesto en favor de los vencidos es presentado como la revancha de los derrotados. La derecha más radical nos condena a permanecer callados, como si fuera posible permanecer silentes ante la injusticia, como si 70 años de silencio no fueran más que suficientes. ¡Algo de decencia! Tantos años después del espanto no pedimos mucho, casi nada. acaso un poco de decencia. Si tuvieran un poco no tendríamos que soportar los obstáculos políticos ni asistiríamos a la vergonzosa prostitución de las palabras cuando algún prelado afirma desear la reconciliación y nos conmina a que pasemos página y olvidemos, mientras ellos continúan con sus reconocimientos, monumentos y homenajes.

El olvido que nos quieren imponer es el último acto represivo, la penúltima imposición. Pasan los años y nunca es el momento de recuperar lo nuestro. Silencio, ¡no piden silencio! Cualquier paso que demos lo entienden como un acto guerracivilista, como si sólo quisiéramos volver a las trincheras. Son arrogantes hasta la náusea o tienen mala conciencia. Nos piden silencio y olvido, como si no fuera de justicia reconocer que aquellos juicios fueron ilegítimos, como si aquellas condenas no fueran injustas. Como si aquellos crímenes no fueran asesinatos.

Un día en Santiago, otro en Huelva donde me conmueve la localización de un matrimonio de Zalamea la Real; la mujer depositada encima del marido y con tiro en la base del cráneo; él, aún con las botas puestas. Me conmovió y me hizo recordar unos versos de Jorge Eduardo Eielson:

Solo a tus pies debajo de tus pies
Como si fuera tu sombra como si fuera
Tu sangre tus huesos que son míos
Mis huesos que son tuyos
Solo con todo mi cuerpo
Encima de tu cuerpo debajo de tu cuerpo
Al lado de tu cuerpo

17 comentarios leave one →
  1. Alfombril permalink
    28 agosto 2007 1:08 pm

    Esto es horroroso. El «Financial Times» diario conservador del capitalismo anglosajón se ha sumado al «Movimiento Stalin Vive». El pasado dia 24 de agosto escrbía un artículo David Gardner que entre otros vómitos terroristas, estalinistas e islamoprogretarras decía:

    «(…) En Marzo de 2004, tras los atentados de Madrid (…), los españoles acabaron sumariamente con un Gobierno del PP (…). Desde entonces, el PP ha lanzado acusaciones de que no se jugó limpio, en un intento, estridente aunque confuso, de impugnar la legitimidad del Gobierno y presumiblemente, también del electorado. La cosa podría haber acabado ahí. (…) Pero como demuestra el reciente juicio de los terroristas supervivientes, no ha sido así. Los responsables del PP no sólo han conseguido insistendo en que los terroristas vascos tuvieron un papel; también han intentado introducir pruebas falsas para demostrarlo. (…) Asímismo, es extraordinariamente reveladora la hostilidad del PP a dos leyes polémicas, la de la MEMORIA HISTÓRICA y la de la EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA.(…). Los españoles (…), merecen mejores cosas de sus líderes. Necesitan UNA DERECHA MODERNA, QUE CONTEMPLE ESPAÑA COMO UNA EMPRESA COMÚN, EN VEZ DE DEDICARSE A LANZAR UNA ACCIÓN DE RETAGUARDIA CONTRA LA ILUSTRACIÓN.»

    Hasta ahí podía llegar el Comunismo Internacional. Un diario tacheriano de las finanzas participansdo en el Contubernio Judeo-masónico-marxista contra ¡ESPAÑA!. Se impone la necesidad de un nuevo Centinela de Occidente.

    Yo propongo a Federico Jiménez Losantos.

  2. 28 agosto 2007 2:08 pm

    Mientras que en Alemania reniegan de su vergonzante pasado nazi, en España sigue habiendo gente que piensa que «la Guerra Civil servió para algo», que es «historia» y por ello «no se puede reescribir». Sin embargo, los que reivindicamos la memoria histórica no queremos reescribir nada, sino que aquella parte de la Historia que quedó oculta durante 40 años vea la luz. Y en esto no valen relativismos, unos fueron golpistas y otros golpeados. Al César lo que es del César. Para bien o para mal.

  3. 28 agosto 2007 6:49 pm

    No entiendo a que tienen miedo. A no ser que el miedo forme parte consustancial en quienes tienen ahora el poder de honrar a quien lo lleva mereciendo desde hace muchos años. Si no lo hacen, llamarles cobardes por obligar a las familias a esperar otros treinta años va a ser lo mínimo. Y traidores.

  4. 30 agosto 2007 12:14 am

    Se debe potenciar la «memoria histórica», pero nunca para ser usada como arma política o arma arrojadiza hacia partidos políticos.

  5. Júcaro permalink*
    30 agosto 2007 12:42 am

    Fernando; sería lo deseable pero asistimos a un periodo donde unos, los de siempre, pueden seguir rindiendo homenaje a sus muertos. Esto no me parece mal, en realidad ni mal ni bien. Dicho esto, lo que no puedo compartir es esa doble moral de homenajear a unos y cuando de los otros se trata, entonces todo es una afrenta y ganas de rememorar pasajes muy triste de nuestra historia.

    No se trata de arma arrojadiza sino de decencia intelectual, de respeto y de ganas de pasar definitivamente página. ¿Que temen los herederos de aquellos golpistas cuando se oponen a cualquier gesto de reconocimiento de unos actos violentos, sin justicia ni legalidad? Si las fosas están repletas de personas anónimas, ¿cómo es posible que pretendan que no se les puedan identificar?

    Las identidades les asustan; el olvido les tranquiliza. ¿Cuestión de mala conciencia?

  6. 30 agosto 2007 3:06 am

    Honor a quien honor merece

  7. 30 agosto 2007 9:34 am

    No se puede pasar por alto un hecho histórico, lo que de forma poco rigurosa se ha dado en llamar «modélica transición», para «ellos» no fue sino una concesión, quizás imprescindible, para que «nosotros» dejaramos de ponernos pesados pidiendo democracia, amnistia, libertad y otras cuestiones que pudieran poner en tela de juicio el verdadero poder, el económico, que «ellos» habían obtenido merced a la guerra y a cuarenta años de cruel dictadura. Como «quid pro quo» obtuvieron de «nosotros», o eso creyeron obtener, el que no se pusiera en cuestión la participación de «ellos» en la guerra, la dictadura y la represión. Y ahora los «nosotros» que vamos sucediendo a los «nosotros» que pactaron la transición, pedimos algo que aquellos «nosotros» no hicieron, quizás porque las circustancias no les dejaron, y que no es, ni mucho menos, establecer responsabilidades penales sobre lo acontecido en tan negro periodo de la historia de España, que quizás hubiera sido necesario, sino simplemente rehabilitar la memoria de aquellos que durante más de cuarenta años fueron calumniados y vilipendiados, y por esa actitud en una demostración notoria de cara dura, de falta de ética y de vergüenza, los «ellos» que han ido sucediendo a los «ellos» que pactaron la transición, nos acusan a «nosotros» de revanchistas. Increíble.
    PD: No creo que haya habido demasiadas dificultades para identificar quienes son «ellos» y quienes «nosotros».
    Salud y República

  8. Javier M. permalink
    30 agosto 2007 9:43 pm

    No cabe la menor duda de que en la sociedad española actual, el ideal republicano, subyace, latente, en multitud de conciencias. El debate, a pesar de los innumerables intentos por silenciarlo, orquestado desde los centros de poder oficial, -el “establishment” que dirían los eruditos-, está en la calle, o por lo menos en el subconsciente individual de todos aquellos que se niegan a la alienación dirigida.
    Y ello es así, porque el momento histórico actual, como no podía ser de otro modo, propicia el replanteamiento de unas bases, que si bien fueron oportunas en su contexto político, originando un consenso irrenunciable que posibilitó una transición definida como modélica, devienen en la actualidad como excesivamente frágiles una vez alcanzada la madurez democrática.
    La monarquía parlamentaria actual, innegable sucesora del régimen franquista, aunque refrendada su legalidad, -que no legitimidad- en referéndum por el pueblo español, en un momento concreto como única alternativa viable de superación de un régimen dictatorial de casi cuarenta años, constituye hoy, un anacronismo histórico, tanto desde el punto de vista teleológico como historiográfico, a pesar de que sus supuestas bondades pretendan dotarla de un envoltorio de presunta necesidad, del que se ha alimentado desde su advenimiento y que fue su única razón de nacimiento.
    La sociedad española, en su diversidad nacional, ha alcanzado su mayoría de edad y nadie puede negar que los ideales democráticos se encuentran fuertemente consolidados. Por ello, se cuestiona la oportunidad de una segunda transición, entendida como culminación de una tarea inacabada, a realizar con el reposo y la tranquilidad que supone saber que ya no existe ruido de sables, a pesar de que ciertos elementos intenten artificialmente hacerlos sonar, sin saber que su esfuerzo resulta a todas luces ridículo.
    Ya que no se hizo en la transición a la democracia, ahora debemos culminar el proceso y para ello debemos, en primer lugar, recordar y estudiar lo que ocurrió, con objetiva serenidad, pero sin esconder esa pretendida objetividad en teorías justificativas de la “proporcionalidad” que equiparan e igualan atrocidades, amparadas por el mal superior que constituye una guerra civil, o peor aún, en aviesas tergiversaciones (mal)intencionadas de la realidad, que sin duda beben de fuentes revisionistas neofranquistas de la historia cuyas motivaciones resultan patentes para cualquier historiador serio e imparcial.
    Así, todas las iniciativas, legislativas y judiciales incluidas, encaminadas a recuperar la memoria histórica, lejos de reabrir heridas, deberán cerrarlas definitivamente, mediante un ejercicio de justicia, inaplazable aunque tardía, con los represaliados por el franquismo, defensores de la legalidad y la Constitución, de España y la República. No son concebibles argumentos que promuevan tácita o expresamente leyes de punto final, como hasta ahora se han postulado. Las víctimas deben ser honradas y sus verdugos perseguidos, como ocurrió en los paises civilizados de nuestro entorno, acabando con vergonzosos espectáculos surrealistas grabados en los rótulos de las calles y las placas de las estatuas, en nuestros pueblos y ciudades, que sin duda causarían estupefacción y resultarían imposibles en otras naciones.¿Es imaginable un monumento a Benito Mussolini junto a la reproducción del David de Miguel Angel de la piazza della Signoria de Florencia, una calle dedicada a Ceaucescu en un barrio de Bucarest o una placa conmemorativa de Adolf Hitler en el lateral de la Puerta de Brandemburgo de Berlín? Sí que existe en la capital germana, a pocos metros de esa Puerta, un impresionante y emocionante monumento-museo erigido en recuerdo de las víctimas judías del holocausto nazi en Europa. Esa es la cuestión.
    Sin embargo, y a pesar de ese necesario recuerdo de la trágicamente frustrada II República, no debe caerse en la nostalgia improductiva, sabiendo buscar y encontrar referentes de actualidad y futuro que cimienten el camino, ya sin retorno, hacia la consolidación de la inevitable y necesaria III República Española. Si bien aprendiendo y extrayendo de nuestra historia los modelos, que una vez actualizados y presididos por esos referentes, consigan el objetivo pretendido. Tal es el caso del Pacto de San Sebastián de 1930, acto político cuyo fin fue realizar una concreción perfectamente definida de la unidad republicana y un verdadero pacto de acción contra la monarquía de Alfonso XIII, hacia la convocatoria de unas Cortes Constituyentes republicanas. Esa colaboración de las fuerzas políticas de la época, debiera servirnos de modelo, para la consecución de la necesaria unidad de todos los republicanos, con independencia de matices ideológicos, o incluso posturas diametralmente opuestas que encuentran su afinidad exclusivamente en ese sentimiento republicano, a la sombra de la bandera tricolor, encarnación del respeto, admiración y recuerdo al pasado, pero a la vez motor de futuro y de cambio, que por cierto “difícilmente puede incitar a la violencia, el racismo, la xenofobia o cualquier otra forma de discriminación que atente contra la dignidad humana” tal y como expresa el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, en sentencia 1335/2003 de 15 de Diciembre, considerando su exhibición un derecho reconocido por la vigente Constitución.
    Los síntomas de la importancia y realidad del movimiento iniciado son evidentes, sin que el interesado manto de silencio logré cubrirlos. El clamor popular y profesional que originó el secuestro de la publicación “El Jueves” y el nombramiento por primera vez de un interventor por parte del Rey para controlar las cuentas de su Casa Real, son dos ejemplos de los que no resulta difícil extraer determinadas claves.
    De este modo, creo que resulta necesario multiplicar los actos conducentes a hacer aflorar ese sentimiento vivo y latente, sabiendo transmitir el profundo convencimiento de que los ideales republicanos de libertad, igualdad y fraternidad deben constituir la base de una sociedad si esta quiere ser adalid de la justicia social y la paz, cimentando una convivencia pacífica que no sea excluyente, sino integradora de culturas, pensamientos y doctrinas; y en definitiva que la República es la mejor forma de estado que puede albergar el mejor sistema de gobierno de que pueden dotarse los hombres y mujeres en una sociedad democrática.
    Estas líneas quieren ser mi humilde contribución…….VIVA LA REPÚBLICA.

  9. 31 agosto 2007 9:57 am

    A mi me parece preocupante que en el 2007 todavia hables de «los nuestros»

    Por otra parte lo de «70 años de silencio» no es cierto. En todo caso son «40 años de silencio». No puedes afirmar que despues de la dictadura , desde 1975 no existan libros, articulos, novelas, peliculas, documentales, tertulias, canciones, mitines, tesis doctorales, Actos conmenmorativos, revistas….contrarias a las tesis mantenidas por los que ganaron la guerra.

  10. 31 agosto 2007 10:01 am

    ¿ hacer aflorar ese sentimiento vivo y latente?

    La sociedad española es tonta yuno sabe lo que quiere no lo que siente, y tienen que venir unos listillos a arreglar los problemas.

    ¡SALVAPATRIAS NO GRACIAS! Ya hemos disfrutrado de bastantes.

  11. Júcaro permalink*
    31 agosto 2007 2:01 pm

    Simio: ¡Claro que existen “los nuestros”! ¡Por supuestos que existen “ellos”! Mire, lo políticamente correcto sería abolir eso de “nosotros” y “ellos” pero; si no pensamos igual, si tenemos perspectivas distintas y enfrentadas no entiendo ese temor reverencial a utilizar esas expresiones. Dicho esto, no entiendo ni acepto otras trincheras que las dialécticas, otras disputas que las argumentales; otra munición que la palabra.

    La actualidad cotidiana está repleta de “ellos” y “nosotros”. Quienes llaman terrorista a ZP no son de “los míos”, tampoco lo son quienes afirman que Manuel Chaves pertenece al “mismo núcleo duro que De Juana Cahos”, ni quienes afirman que España se “balcaniza” ante un desarrollo autonómico contemplado en la Constitución.

    Claro que existen libros y publicaciones con muy diferentes enfoques, ¿quien puede negarlo? Ese no es el silencio al que me refiero. El silencio que escucho, que nos quieren imponer es ese que presenta todo acto de reconocimiento como un acto de revancha, ese que pretende que no nos reconozcamos en nuestros abuelos porque esos antepasados… Cuando hemos querido que se reconozca que murieron defendiendo unas ideas y la legalidad, siempre nos salen con que eso de significa avivar el rencor y el enfrentamiento. En el comentario de Javier M. se expresa con toda claridad: “…todas las iniciativas, legislativas y judiciales incluidas, encaminadas a recuperar la memoria histórica, lejos de reabrir heridas, deberán cerrarlas definitivamente”.

    La memoria histórica es una cuestión que surge ahora, tres décadas después de la muerte del dictador, y determinada por cómo se hizo la transición democrática. Del 39 al 75 este pueblo tuvo que soportar un régimen ilegal, surgido de una sublevación militar contra un Gobierno legítimo que se impuso por la fuerza a la democracia. Fueron muchos años de dictadura, de opresión, de tiranía, de arbitrariedades. Ahora, cuando ya pensamos que se han superado todos los recelos y cautelas de los años de la transición, cuando hay una clase política renovada respecto a la que protagonizó el paso de la dictadura a la democracia y cuando se intenta hacer lo que no se pudo, lo que no se quiso o lo que no era conveniente hacer a mediados de la década de los años 70, pues resulta que ahora nos salen con que tampoco es el momento.

    Hay algo que ai comparto con usted: ¡Salvapatrias, no gracias!

  12. Mando permalink
    1 septiembre 2007 9:33 pm

    Totalmente de acuerdo con Júcaro. Así como nunca serán de «los nuestros» los que, vestidos de boda y bronceados todo el año, (lease Zaplana), poniendo cara de simpáticos y sonrientes por los pasillos del congreso de los diputados (el santuario de la democracia) contestan a pregunta de los periodistas sobre el tema que nos ocupa: «¿Que memoria histórica?… y a quien le interesa lo de la memoria Histórica».
    A «ellos» no a «nosotros» si, por qué será.

    En cuanto al comentario de Fernando: «Se debe potenciar la “memoria histórica”, pero nunca para ser usada como arma política o arma arrojadiza hacia partidos políticos.»
    ¿Quien según usted utiliza tal cosa como arma arrojadiza? En mi opinión se está haciendo justicia con las «personas» represaliadas y asesinadas y con sus familias, que quieren recuperar sus seres queridos y ….. hacer con ellos lo que crean oportuno, pero no dejarlos donde los tiraron sus asesinos.
    Creo que está claro, ¿o no?

  13. 3 septiembre 2007 8:41 am

    Jucaro: ¿Trincheras? ¿Municion? ¿Ellos? ¿Nosotros?…

    Me imagino que sabras quien es Julian Zugazagoitia. Analiza lo que dijo y cuando lo dijo:

    ….
    Prefiero pagar a la maledicencia las alcabalas más penosas y ser cobarde para quienes me disciernan ese dicterio, renegado para los que por tal me tengan, escéptico, traidor, egoísta…, que todo me parecerá soportable antes de envenenar, con un legado de odio, la conciencia virgen de las nuevas generaciones españolas

    (Guerra y vicisitudes de los españoles. Julián Zugazagoitia).

    Estas palabras estan escritas en 1940 por una persona que defendió la legalidad republicana hasta el final, con palabras y con hechos, con energía y honestidad.
    …..

    Os remito a la pagina de las juventudes socialistas de ciudad lineal donde aparece una biografia de este demasiado desconocido personaje:
    http://www.geocities.com/juvsocclineal/Zugaza.html

  14. Javier M. permalink
    3 septiembre 2007 11:34 pm

    Me alegra que se recuerde a uno de los más coherentes y honestos políticos de la II República, Julián Zugazagoitia, en el que sin duda siempre estuvo presente el sentimiento republicano, pero lo que me entristeció sobremanera fue leer la carta de su hija, Olga Zugazagoitia, viuda de Pons, de fecha 16 de Agosto de 2005, lamentándose por negársele una pensión al amparo de la Ley 3/2005, de 18 de Marzo, por la que se reconocía una prestación económica a los ciudadanos de origen español desplazados al extranjero, durante su minoría de edad, como consecuencia de la Guerra Civil.

    Ruego encarecidamente que la lean :

    http://www.memoriaylibertad.org/infopersonasfusiladas/Julian%20Zugazagoitia%20Mendieta.htm

    Por cierto, salvapatrias nunca más, gracias.

  15. Maran permalink
    5 septiembre 2007 6:00 pm

    Jucaro escribió:

    «los de siempre..»

    ¿Quienes son los de siempre?,

    «…pueden seguir rindiendo homenaje a sus muertos»

    ¿Ah si?, ¿Donde y cuando?

    Por poner un ejemplo: el 09 de Octubre del 2006 IU homenajeo en el mismisimo Congreso a las Brigadas Internacionales cantando incluso la Internacional.

    ¿Te parece poco rendir homenaje a los asesinos de nuestros antepasados en el Parlamento, lugar de representacion de todos los españoles?

    Pero claro, mientras unos eran «los malos» y mataban por su sadismo intrinseco, los otros, es decir «los buenos», hacian lo propio para liberar «al pueblo» del yugo fascista y si mataron a alguien, fue por accidente.

    En fin, lo de siempre…

  16. Maran permalink
    5 septiembre 2007 6:06 pm

    Simio escribio:

    «Por otra parte lo de “70 años de silencio” no es cierto. En todo caso son “40 años de silencio”. No puedes afirmar que despues de la dictadura , desde 1975 no existan libros, articulos, novelas, peliculas, documentales, tertulias, canciones, mitines, tesis doctorales, Actos conmenmorativos, revistas….contrarias a las tesis mantenidas por los que ganaron la guerra.»

    Perfecto comentario.

    Existen más de 30.000 libros escritos sobre la Guerra Civil y todos no son precisamente de Pio Moa.

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