Otra vez Gaza
La dominación es total e intolerable pero se permite el hostigamiento constante y el asesinato permanente. Nada justifica el acoso inmisericorde, criminal e indiscriminado que padecen, pero se tolera y permite. El pueblo palestino se encuentra sitiado, solo y aislado, sin nadie que le preste atención; todos miramos para otro lado cuando Israel hace de las suyas. Hoy mientras desayunaban en su casa, un tanque israelí disparó asesinando a cuatro hermanos y a la madre; mañana otro «error» acabará con la vida de inocentes. Nadie se inmutará.
El día a día en Palestina es muy duro: los hospitales están desatendidos, las ambulancias carecen de combustible, el absentismo escolar y universitario aumenta sin control. Israel se esfuerza en hacer imposible el presente, también el futuro, para los palestinos. Porque la vida no es vida en Palestina una vez más hay que hablar de Gaza, para que no la olvidemos. Nada justifica la humillación, el horror y la arrogancia del todopoderoso Israel. No es preciso enumerar los abusos, los crímenes y la dominación total. No es preciso, pero no podemos dejar que esta situación de horror nos resulte indiferente..
Tenemos que recordar. Con frecuencia en los medios se puede leer que la situación humanitaria ha alcanzado límites desconocidos. Esto lo hemos podido leer hace unos días pero también lo pudimos leer hace tiempo y, lo peor, todo indica que dentro de unas semanas, meses o años habrá motivos para volveremos a leer algo similar. El asesinato de civiles, el bloqueo unas veces de dinero, otras la ayuda humanitaria, la destrucción de hogares palestinos, el arresto indiscriminado de ciudadanos y políticos, son noticias frecuentes de ayer, de hoy y por desgracia de mañana. Hace unos días conocimos el informe de los crímenes de guerra cometidos contra Palestina en marzo, dentro de poco conoceremos el informe de los crímenes en abril; no será muy diferente, mientras tanto Gaza retrocede cuatro décadas ante la desidia internacional.
Cada día se produce un paso más en el horror y el espanto. Ahora hemos conocido que Naciones Unidas suspende el reparto de comida en Gaza, Isarel se mofa de la ONU de sus resoluciones y de su ayuda humanitaria. Todos los días conocemos de otra cacería israelita. Parece que estas noticias ya no nos conmueven. Rara vez ocupan espacio relevante, ni se comenta en tertulias. En referencia a esta situación Juan Goytisolo escribió en El País, hace algún tiempo, que los intelectuales europeos que firman peticiones por todo, y se muestran prestos a la hora de dar lecciones de derechos humanos a todo el mundo, callan valientemente: aplican un doble rasero.
Desde nuestro observatorio y lejano sorprende la indiferencia y la estulticia. En ninguno de los debates celebrados entre los candidatos, en las elecciones de marzo, hubo referencia a la situación de injusticia del pueblo palestino; el dolor y la dominación de ese pueblo no reportaba votos. Podemos reprochar la actitud de nuestros políticos pero quienes votamos somos nosotros. Podemos criticar a los políticos por no mostrarse preocupados por el drama humanitario que se vive en la zona. Quienes leen con frecuencia este blog se habrán percatado que aquí preferimos mirarnos para adentro y no descargar en los políticos nuestras insuficiencias. Si los ciudadanos manifestáramos nuestra preocupación y perplejidad por cuanto sucede en Gaza y otro sitios, seguro que nuestros políticos esgrimirían argumentos para conectar con nosotros pero sucede que si a nosotros no nos importa, a ellos no le interesa.
14 de abril 
Lo triste es que lo que pasa en Palestina ha dejado de ser noticia, ya no sólo porque salga o no en los medios, si no por la propia definición de noticia (Una noticia es cualquier hecho novedoso) y desgraciadamente estos hechos son, no solo frecuentes, sino casi cotidianos
La actitud de Israel solo es entendible desde la proteccion de EEUU, condicionado por el enorme peso de los lobys de presion judios en EE.UU. Sin este apoyo la situacion en Oriente Medio no sería la que es.
De todas formas, sin ser comparable, la actitud de Hamas ayuda bien poco a dar solución al problema palestino. No reconocer que en la espiral de violencia, los palestinos llevarán siempre la peor parte, es estar ciego politicamente.
Esa actitud no hace sino dar alas a la represión israeli y a la justificacion de los EE.UU. de la politica de los judios.
Salud, República y Socialismo.
Cartier; No te falta razón, por desgracia ya no es noticia tanta destrucción por eso mismo hay que, en la medida que podamos contribuir a poner un foco sobre la barbarie.
Antonio Rodríguez; evidentemente eso de los lobys es exactamente es así. En cuanto a la actitud de Hamas, entendiendo su acotación no termino de compartirla porque Israel no se detendrá hasta conseguir todas sus metas. En una crónica reciente publicado por El País se ponía en boca de un ex asesor de Olmert la siguiente frase que es muy clarificadora y contundente: «hay que hacer que adelgacen, pero sin matarlos de hambre», para dar apariencia de normalidad a una situación calamitosa. Pues eso.
Jucaro
Solo trato de decir que es de suicidas no saber valorar las fuerzas del enemigo y en este caso las diferencias de fuerzas entre palestinos y judios es más que evidente.
Los palestinos no pueden ganar con la accion de la armas, por lo que creo que sería mejor utilizar otras vias, porque la via de las armas solo esta sirviendo para incrementar el sufrimiento de los palestinos.
Salud, República y Socialismo.
Antonio; entiendo perfectamente tu comentario, comparto que en un enfrentamiento los palestinos poco tienen que hacer ante uno de los ejércitos mejores dotados del mundo pero no hay otras vías.
No atisbo un escenario donde se pueda negociar en igualdad de condiciones. Israel vulnera la legalidad internacional, levanta muros, raciona alimentos y combustibles, asesina y encarcela indiscriminadamente. Occidente tolera todo esto a la vez que otorga un trato preferente a Israel.
No justifico la violencia en ningún caso pero me pongo en la situación de un ciudadano palestino y, sinceramente, me niego a reprocharles nada. Particularmente mi reproche sería a los israelitas en primer lugar, también a nosotros occidentales que nos creemos los mas «buenos» del mundo y observamos la masacre como algo ante lo que no podemos hacer nada. Igual es cierto que no podemos hacer mucho, pero desde cualquier sitio reclamo de mi Gobierno una respuesta y desde mi bitácora denuncio esta situación permitida.
Un abrazo
Estoy contigo, Júcaro. No ejecuto más palabras.
Yo ya hace tiempo que me quedé sin palabras y con muchísima rabia contenida.
Este es el ejemplo más evidente y visible de la crueldad y la hipocresía ilimitada de los grandes mandamases del mundo.
Y no sólo por tratarse de asesinatos constantes y sonantes, es que «es» y ha sido la gran SEMILLA de otros desastres ulteriores en el resto del mundo (Irak, Al-Quaeda, 11-S, 11-M, 7-J, Afganistá, Irán…)
Me «rindo» por hoy. Mañana volveré a levantar la mano de la PAZ (Gandhi), contra la guerra y contra la intolerancia.
Salud. Alfa79
Que puedo agregar…
Por un lado, no sólo Estados Unidos se asocia a Israel, tampoco la Comunidad Europea se muestra muy eficaz, mucho menos vehemente, en su rechazo al desastre humanitario que padece el pueblo de Palestina.
Hace un buen tiempo aprendí a distinguir entre hechos y noticias, los primeros son aquellos que se originan en el alma y corazón humano, atravesándolo todo, la realidad, en cambio las segundas…, eso es cuando se vacía de contenido a los hechos, transformarlos en noticias, «en carne de medio masivo», despersonaliza, y empuja hacia una falsa objetividad, cuando es claro que el objetivo es impedir el sano pensamiento, a fin de cuentas, coartar aún más las libertades que algunos pocos todavía disfrutamos en este mundo.
La verdad es que es terrible lo que está sucediendo en Gaza y, como bien dices, mucho me temo que pasará el tiempo y seguiremos hablando y horrorizándonos de lo que allí sucede porque nada se ha hecho. Resulta curioso que no seamos capaces de movilizarnos y solidarizanos más activamente si no se trata de nosotros mismos. Si en nuestro país hay un atentado, con o sin víctimas, todos nos indignamos, no hablamos de otra cosa, salimos a las calles y mostramos nuestra más absoluta repulsa, pero cuando todos los días desayunamos, almorzamos o cenamos con un atentado en Irak o en Gaza sucede algo muy curioso: es como si, aparte de resultar geográficamente lejano, también nos lo resultara emocionalmente por el simple hecho de que son unos hechos que se repiten una y otra vez. Es como si nos hubiésemos inmunizado ante el dolor y la desgracia ajena viéndola una y otra vez. Y estando inmunizados, con ese silencio, con ese mirar para otro lado, nos convertimos en meros espectadores de la desgracia, no en seres capaces de cambiar las cosas si nos lo proponemos. Ojalá algún día dejemos de estar inmunizados, ciudadanos y gobiernos, y no tengamos que volver a decir «otra vez Gaza». Un saludo.