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La pobreza está en todas partes

15 octubre 2008

Estos días de crisis y paradojas debiera hacernos beligerantes contra el liberalismo ineficaz y prepotente. La crisis de este principio de siglo pone de manifiesto la necesidad de finiquitar la civilización del consumo y del aquí me las den todas que, en su egoísmo, insolencia y parálisis, es capaz de dejar desamparados a buena parte de la población ante la indolencia de propios y el conformismo de todos, y volcarse en la búsqueda de soluciones para el sistema financiero.

Conformamos una sociedad contradictoria; nunca como ahora se ha tenido más fácil acceso a la formación y a la información; saber leer y escribir ya no es privilegio de unos pocos como sucedía al principio de la centuria anterior; nunca hemos dispuesto de unos servicios públicos con la eficacia de los actuales ni de una sanidad pública como la que, a pesar de sus múltiples deficiencias y acosos, nos atiende en estos momentos. Nunca se ha vivido tan protegido y amparado, en ocasiones también tan desamparado, como en estos tiempos. Probablemente nunca se gozó de una calidad de vida similar y sin embargo, nunca como ahora se percibe con tanta claridad las diferencias entre la opulencia de unos y la penuria de otros. El despilfarro y la necesidad conviven ahora dramáticamente en los mismos lugares; siempre coexistieron pero ahora se exhibe con mayor nitidez, con total impudicia y con tanta indiferencia. Quien escribió aquello de ándeme yo caliente y ríase la gente, no sería un adivino pero, ¡vaya si acertó!

Dicen los índices estadísticos de los países ricos, que el umbral de la pobreza está por debajo de una cantidad determinada de dólares. Según ese dato, se publican mapas donde se colorean países que están, unos por debajo y otros por encima; también existe el mapa de la pobreza cónica en el mundo. Algún incauto puede pensar que su país está fuera de la pobreza, sin caer en la cuenta que ésa es una simple realidad estadística. Si se quisiera conocer la auténtica realidad no sería tan fácil colorear esos mapas, porque el Tercer Mundo, la pobreza, está por supuesto en África, a la que dejamos abandonada a su suerte, pero también está por todas partes. Hoy, como todos los días, un grupo de personas rebusca, dentro de unos contenedores, situados junto a cualquier supermercado, los desechos no aptos para su venta. La escena se repite en ciudades y pueblos de España, Francia o Estados Unidos porque también la pobreza tiene rostro de ciudad; habita en sus calles y arrabales.

Podemos escurrir el bulto y esperar de los políticos la resolución de los problemas, regodearnos en nuestra pereza mental y social para afear a otros nuestra inacción. Nos han convencido, o nos convencimos, de la necesidad de no arrojar plásticos en el campo o en la playa, de utilizar las papeleras en los pueblos y ciudades, de cerrar el grifo y consumir el agua indispensable pero ante la injusticia social del capitalismo cerramos los ojos y las entendederas.

El capitalismo gusta de combatir la pobreza con donativos y buenos propósitos, como simple gesto para engañar conciencias. Erradicar la pobreza figura como el primer objetivo del milenio; ahora sabemos que esto solo será posible cuando se decida acabar con ella. En estos días, cuando los medios de comunicación vienen llenos de noticias, artículos y reportajes sobre las cantidades mil millonarias de dólares y euros para salvar el sistema financiero, ¿alguien duda que si de verdad existiera interés por acabar con la pobreza, no se mitigaría suficientemente? En estos días de crash y pánico financiero se constata lo que pensábamos: no se acaba con la pobreza porque no se quiere, acaso porque sin pobres no habría ricos.

10 comentarios leave one →
  1. 15 octubre 2008 12:32 pm

    …y nunca se murieron tal cantidad de niños y adultos de hambre, de enfermedades curables, ni fueron tan grandes las diferencias entre occidente y el llamado «tercer mundo». En cuanto a los objetivos del milenio, ahora ¿de qué milenio se trata? ¿De éste? ¿Del 3000? Me suenan a los mismos de «salud para todos en el 2000», tantas veces aplazado. Fíjate que prisa se han dado en «rescatar» el mundo de las finanzas y la poca que se dan -nos damos- en solucionar las diferencias, el hambre, la miseria… Es una verdad aplastante: sin pobres no habría ricos.
    En fin, seguimos.
    Un abrazo
    Hannah

  2. santi permalink
    15 octubre 2008 4:47 pm

    Yo cambiaría la frase, Júcaro y diría que ni hacen falta ricos ni es necesario que haya pobres. Pero hay datos que me contradicen: Bill Gates uno de los hombres más ricos del mundo es la principal fuente financiera actual en la lucha contra la malaria en Africa. Ahora bien, tampoco hace falta ser rico para ser generoso con quien lo necesita. saludos.

  3. Júcaro permalink*
    15 octubre 2008 8:21 pm

    Hannah, pues efectivamente tienes toda la razón, pretendía poner la atención en este lado lado del mundo para resaltar el contraste. Por cierto, seguramente en lo que se ha convenido en llamar «Tercer Mundo» se darían un festín espectacular con esto que nosotros llamamos crisis.

    Saludos

  4. 15 octubre 2008 10:51 pm

    Evidentemente, no hay voluntad internacional para erradicar la pobreza. Pero también hay que tener en cuenta que hay países en vías de desarrollo, gobernados por mandatarios corruptos que defienden los intereses de una minoría que tiene todo el poder económico. Consolidar la democracia debería ser uno de los objetivos primordiales en esos países pobres.

  5. 15 octubre 2008 11:01 pm

    Cuando pase el «arrechucho» de la crisis del capitalismo todo seguirá igual y el dinero, que ahora el Estado pone a disposición de la Banca, probablemente se quedará en la bolsa donde se quedan siempre con los beneficios y nunca se reparten dividendos sociales.
    La vida sigue igual – La cuerda siempre se rompe por el extremo más débil – …. bla bla bla … y la gente se muere y nosotros tiramos la comida y todo sigue igual, y el mecanismo se retroalimenta, crisis, pobreza, riqueza, consumismo, crisis, pobreza, …. y todo sigue igual

    …. y todo sigue igual
    …. y todo sigue igual

    …. y todo sigue igual

  6. Júcaro permalink*
    15 octubre 2008 11:11 pm

    Santi, el voluntarismo de Bill Gates habría que entenderlo y valorarlo en sus justos términos. Particularmente lo inserto en esa peculiar manera de combatir la pobreza con donativos y buenos propósitos que pueden aliviar algo pero que son acciones ineficaces para su erradicación. No se supera esa tremenda situación con limosnas sino con otras políticas aunque siempre estarán presente los peligros que apunta Martín Bolívar en su comentario

  7. Júcaro permalink*
    15 octubre 2008 11:22 pm

    Paco Piniella, comparto su pesimismo para detenerme el ritmo de esa noria infernal.

    Lo que muchos nos preguntamos y deseamos es saber, es si esta coyuntura servirá para generar un nuevo proyecto desde la izquierda; si contamos con pensadores, con intelectuales que sepan alumbrar un nuevo proyecto.

    Seguramente todo sea igual, pero lo que estamos observando es de tal magnitud que todo debiera ser distinto.

  8. santi permalink
    16 octubre 2008 7:20 am

    Júcaro, claro que es voluntarismo, pero ese voluntarismo, en términos económicos contantes y sonantes es bastante superior a la ayuda al desarrollo de muchos países. Y no pretendo hacer de abogado de Gates, desde luego.
    Y sobre consolidar la democracia como dice Martín, pues sí, a mí también me gustaría, pero volviendo a un comentario que hice en uno de tus posts anteriores, pues hay países cuyos ciudadanos prefieren primero tener resuelto el condumio y en los que para la mayoría no es prioritario tener un sistema político de libertades (¿China como ejemplo?). saludos.

  9. 16 octubre 2008 5:00 pm

    El problema es que quienes incluso de buena voluntad intentan ayudar a los más necesitados lo suelen hacer desde una óptica relacionada con la caridad o con la solidaridad. Realmente, habría que hacerlo por una simple cuestión de justicia.

    Por otra parte, los apadrinamientos, el comercio justo y todas las propuestas que tratan de auxiliarles, con ser positivas, no deben hacer olvidar que no son sino parches. Las verdaderas soluciones han de pasar por una reforma en profundidad del orden mundial y de las instituciones que lo impulsan.

    Un abrazo Júcaro y felicidades por el post.

  10. Júcaro permalink*
    16 octubre 2008 6:21 pm

    Santi; precisamente por lo que dices, el «esfuerzo económico» del Gates hay que valorarlo en sus justos términos. Pero esa no es la solución, la solución pasa únicamente por, como apunta Joseca en su comentario y que comparto 100%, un nuevo orden mundial más justo y equitativo.

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