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Aznar y su medalla

30 marzo 2010
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Lo define. La intención de comprar la Medalla de Oro del Congreso de Estados Unidos para el propio ex presidente, define al personaje. Luego se dictaminará si el procedimiento es delictivo o no, pero este señor queda retratado de manera evidente. ¡Póngase cómodo y relájese!, el diván es todo suyo.

Resulta curiosa la argumentación de la Fiscalía cuando entiende que la cuestionada gestión, buscaba «la satisfacción del interés público general, independientemente de la satisfacción personal» o cuando afirma que el destino de los 2,3 millones de euros era «la promoción de relaciones más próximas con Estados Unidos». Mira que somos perversos, el señor Aznar tratando de mejorar la posición de España en los centros de decisión y nosotros sospechando de sus nobles intenciones. Bastaría con recordar cómo se expresa fuera de España, en referencia a nuestro país y sus actuales dirigentes,  para desechar la idea de que Aznar buscaba algún interés personal; a la luz de sus conferencias y declaraciones parce obvio que su propósito consiste en colocar a España en el lugar que se merece. ¡Mira que somos mal pensados!

Que los delirios de grandeza acaban siempre por pagarse es algo que no afecta a todos por igual. Hay quien tiene patente de corso para gastar dinero público en autobombo y autopromoción. Aznar no buscaba la distinción del Presidente del Gobierno de España, sino el reconocimiento de José María Alfredo Aznar López. Recordemos que, por aquellas fechas, un Aznar claudicante ante Bush, ya había metido a España en una guerra ilegal y aspiraba el hombre —una debilidad la tiene cualquierara—, a que le condecoraran por tanta sumisión y pleitesía.

Independientemente del recorrido de la investigación al ex presidente del Gobierno por presunta «responsabilidad contable», lo que evidencia este asunto es la necedad y la alegría en el gasto de este señor y que, en el variopinto escenario de la política cañí, pocos como Aznar representan mejor la frase de Montesquieu: «El nombre de los tontos lo veréis grabado por todas partes»

Es cierto que la vanidad es tan antigua como el hombre y que muchos quieren ser ilustres al precio que sea. En Aznar observamos efectos evidentes de megalomanía. No solo se le intuye delirios de grandeza o necedad al escucharle hablar. Hay algunas pruebas que demuestran que este señor no se resigna a vivir como lo que es, sino que persigue el sueño de un autoridad inalcanzable. Si pudiera comprar la gloria, la compraría. Sus poses de «sobrao», como dirían en mi pueblo, el bodorrio de la hija o la distinción que quiso comprarse, constatan un perfil psicológico bastante necesitado de un buen diván.

Lamentable resulta saber que quien no merece reconocimientos, los codicie y pida; patético que quien no tiene  virtudes, las proclame como propias; pero más triste y desalentador resulta conocer que, con dinero público, un político, un ex presidente, pretendiera comprarse el reconocimiento que no merecía. Trató de adquirir una falsa medalla para su autobombo y promoción, y de paso, para abonar el  culto que ha construido en torno a su persona, tan sembrado de delirios de grandeza como de infantiles alardes de superioridad.

8 comentarios leave one →
  1. mldiaz permalink
    30 marzo 2010 1:31 pm

    En primer lugar, un megalómano nunca hubiera dejado el poder voluntariamente después de 8 años; en segundo lugar, Van Gogh también tenía «un perfil psicológico bastante necesitado de un buen diván», inconvenientes de ser un genio.

  2. 30 marzo 2010 2:22 pm

    La megalómano hará cualquier cosa con tal de satisfacer su delirio de grandezas. Ser el primer presidente de nuestra democracia que voluntariamente se retira cargo, era un aliciente suficiente como para dar ese paso que le situaría como ejemplo en nuestra pequeña historia democrática. Con lo de Van Gogh, ¿pretende insinuar que Aznar es un genio?

    • mldiaz permalink
      4 abril 2010 12:55 pm

      Entonces, que Chávez y los Castro se perpetúen en el poder, ¿Es un acto de humildad y de amor hacia sus pueblos?

      • 4 abril 2010 2:10 pm

        En todo caso entre Chávez y otros, hay una diferencia democrática; las urnas.

  3. 30 marzo 2010 6:01 pm

    Aquí te dejo – por lo que valga – un texto mío que trata del ex presidente.

    http://www.grijalvo.com/articulos/g_Irak_Los_que_cuentan.htm

    Espero que te guste.

    • 30 marzo 2010 7:32 pm

      Magnifica aportación. ¡Claro que me ha gustado! Desde luego que recomiendo su lectura.

  4. 30 marzo 2010 9:36 pm

    ja ja ja…Aznar un genio… ¿el chiste del día? Si Aznar en un genio, el tonto de mi pueblo es Albert Einstein.
    Precisamente el paisano que tiene en bar cerca de mi casa me habló de la medallita del pollo ese mientras tomaba un café. Me decía que a todos nos correspondía parte de esa medalla: lo que se gastó lo pagamos entre todos y no salió de su bolsillo.

    • 31 marzo 2010 8:08 am

      Pues no le falta razón al paisano del bar. Me temo que no conoceremos el día en que este tipo de prácticas dejen de realizarse por temor a la reacción ciudadana.

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