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Miles Davis Jondo o el Blues de Camarón

16 noviembre 2008

De Xabier Rekalde encuentro un recorte que manipulo o adapto, resumo, aderezo con elementos propios de un blog, y publico. Es el guión de una ilusión, del sueño de grabar un programa de televisión con Miles Davis y Camarón de la Isla. El cantaor de voz rota y el desgarro milenario de la raza gitana, junto al duende jazzero de quien ya había se había acercado al flamenco en el disco más reconocido de la historia del jazz o en el Flamenco Skerches.

La idea surge, durante un almuerzo, en un hermoso jardín tangerino. Los luceros inspiradores están en el rostro vivo de Camarón y en los fanales profundos, sabios y, a menudo, escondidos de un negro de Illinois que será el personaje visitante de la película.

Sevilla, Plano general ligeramente picado del rio Guadalquivir. Aparece un ritmo de bulería marcado por los sones de Pata Negra. Fundido encadenado, para que la imagen desaparezca lentamente y, en su lugar, se muestre otra, con un plano general corto del interior de un local del barrio de Triana. En el fondo, medio iluminado, la batería sonando. Desde las sombras emerge la figura de un guitarrista que se incorpora. Tenía que ser Raimundo Amador. Otro encadenado. Ahora vemos una limusina negra escalando hacia el Sacromonte. Adentro, un negro con gafas ahumadas y enfundado en un «guolman», del que sale, lejana, la voz de José Monje Cruz. Se descalza los auriculares y el canto se nos apaga. Pregunta al chófer: ¿Dónde podremos encontrar a este gitano?

El cine y el flamenco se han querido mal desde siempre. Edgar Nevile, Francisco Rovira Beleta y Carlos Saura son los cineastas que se acercaron al arte flamenco con intención, evitando el recurso fácil de un costumbrismo huero y falso. Se trata de hacer un documental musical, de hacer cine, de contar una historia de música, de sus lugares y las cosas de las gentes que la hacen. No interesa el cante sino la actitud, no las formas finales sino la esencia anterior a todas las particularidades.

Sevilla. Interior día. Es un cobertizo donde sestean dos pasos cualesquiera de la Semana Santa. En una franja iluminada y a contraluz, Miles Davis, acaricia la boquilla de su trompeta con un gesto de sus labios. Seco, arranca con su idea de la saeta que suena desnuda partiendo de un plano amplio.

San Fernando. Exterior día. En la encrucijada de un mar que visita tres continentes. Camarón, en plano muy corto, canta sin acompañamiento alguno. Luego lo hace hacia el mar. Miles está sentado. cabizbajo, a su izquierda. Cuando Davis se levanta y le replica, también mira hacia el mar. La cámara se queda con obstinación en los ojos de ambos. Al final, el dialogo se produce cara a cara, con el encontronazo de las miradas.

El sueño se desvaneció por los intereses inconfesables de la productora propietaria que negoció el proyecto con otras productoras. Mientras el negocio se perdía entre negociaciones mercantiles, primero murió Miles Davis, después Camarón siguió sus pasos. Para entonces el sueño de Xabier, que era el nuestro, nunca había pasado y jamás sucedería, salvo en el espacio impreciso de la imaginación y de las ideas. Era una ilusión, una fantasía, tan incierta como la versión trasladada a este post.

Xabier Rekalde era un soñador:contemplaba la realidad, y la interpretaba, y contribuía a su transformación, desde esa cuneta a la que el sistema arroja a los más incómodos, o a la que voluntariamente se trasladan, para convertirla en trinchera, algunos revolucionarios. En la cuneta de los marginados, los perdedores, los malditos y los francotiradores eligió vivir Xabier Rekalde, y en la cuneta ha hallado una muerte prematura. El autor dejó escrito: una vez contado, ya se puede tirar el guión a la papelera.

7 comentarios leave one →
  1. 16 noviembre 2008 11:56 am

    Un sueño, sí. De todas formas, dejemos a ambos tranquilos y disfrutemos de su música. Por lo demás, yo cuando hablo de Davies me suelo referir siempre a él como ‘Dios’. Con eso te lo digo todo.

  2. 16 noviembre 2008 7:44 pm

    No sé cómo hubira quedado la película, pero te puedo asegurar que a medida que iba leyendo la idea, veía con toda precisión las imagenes.

  3. 16 noviembre 2008 9:18 pm

    Muchas gracias por el enlace… y por recordar a Rekalde, con el que compartí más de una conversación…

  4. 17 noviembre 2008 7:59 pm

    Júcaro:
    Es muy triste como muchas veces, y cada día con mayor descaro, el arte es dominado por «operadores financieros», y quedan así infinidad de bellos sueños a mitad de camino, gracias por acercarnos a este.
    Un abrazo,

    Federico Antin
    euskir’s txoko

  5. dany permalink
    18 febrero 2011 1:35 pm

    amogo ortiz tu te referiras a dvis como dios pero para el pueblo negro no era mas ke un trompetista sin enbarco para el pueblo gitano camaron siempre sera dios

  6. 22 enero 2017 2:36 am

    Joder, cuanto hubiera dado por este sueño que sería igual que el mio. No conocía a Xabier Rekalde, no se como me las apaño para que todos los caminos me lleven a lo afincado en cunetas y por ende amo a los atrincherados.
    Tengo que decir que llevo mucho tiempo pensando en como que en nuestro país no se hace una película a la altura de nuestra cultura popular, embelleciendo lo marginal sin vacilar, incluso como Rekalde he fantaseado miles de veces porque hay miles de anécdotas que entrelazar. Los americanos nos dan pistas y Xabier tenía claro donde estaba la belleza.
    Envidio y añoro una película como la de Born to Be Blue o Cadillac Records con Camarón, Paco de Lucía, Raimundo, Lola etc etc. En fin, pa qué!.

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