El lector de blogs (I)

De un tiempo a esta parte, el lector de blogs, acude tanto a las bitácoras como a la opinión publicada en la prensa tradicional incluidas sus ediciones digitales. La calidad y el interés se encuentran indistintamente en un lado como en otro, la necedad y el soplagaitas de turno, también.

Supongo que detrás de cada letra quedarán para siempre rescoldos de una verdad a medias, de una mentira incompleta, de un motivo sin razones, de una razón tantas veces infundada. Estas palabras proceden de unos de los blogs a los que este lector se asoma con frecuencia, y sacadas de contexto, sirven tanto para los blogs como para la prensa profesional. En cualquier caso, a toda lectura sea cualquiera que sea su origen, es necesario aplicar la criba correspondiente porque tanto la paja como el grano están en cualquier parte.

Dejaré constancia de las lecturas en sucesivas entregas. Esta es sólo la primera de la serie:

Entre tanto creacionista que anda suelto y el reciente aniversario, parece más que justificado el recuerdo de Charles Darwin. De paso, éste es un buen motivo para volver al blog  de Justo Serna y, por ejemplo, a su Yo, Charles Darwin : «El científico no es un observador ordinario, alguien que se afana por mirar como los demás; es alguien que mira de un modo excepcional con el fin de explicar precisamente lo ordinario, eso que por estar a vista de todos resulta invisible. ¿Qué es una mente científica?, se pregunta en cierta ocasión Charles Darwin. La respuesta es entrañablemente decimonónica. Es científica aquella mente que intenta “universalizar su conocimiento bajo leyes generales”, se contesta Darwin.

Los blogs son el ágora, quizá se lo leyera al maestro citado anteriormente, pero hago mía la feliz comparación. La opinión coral de la calle, de la plaza pública, a un clic de nuestra curiosidad. Así de fácil, se trata de leer, leer y escuchar:

Con frecuencia, los blogs (el Paco Piniella, por ejemplo) nos describen la realidad política de una ciudad cualquiera: Cádiz se encuentra secuestrada por la prepotencia de una alcaldesa con la que se ha fraguado una más de las divinidades laicas con las que tanto gustan a los gaditanos y gaditanas entregarse a la mentira piadosa que los adormece cual opiáceo reverente. Porque Cádiz es así, una ciudad decadente que se enorgullece de la melancólica dejadez de un circo llamado Carnaval y Fútbol […]. Cádiz es muy duro, los socialistas y en general la gente de izquierda están muy lejos de poder recuperar la ciudad.

La relación de dependencia en los blogs es algo evidente. En el futuro puede que cambie, que esta relación se transforme en recíproca pero aún ese tiempo está por venir. Por si acaso, desde los EEUU se regula para que los periodistas no desvelen sus fuentes mientras que se contempla de forma desigual la protección de bloggers y periodistas ciudadanos.

Conforme baja las ventas de los ediciones impresas, suben las ediciones digitales. De momento, no ocurre los mismo con los libros pero algo se intuye. Anaclet Pons en su Ciclonauta,   nos ofrece la traducción de una columna de Humberto Eco, publicada en L`expresso,  en la que realiza un interesante elogio del libro en la era de soporte digital: Los soportes modernos parecen atender más a la difusión de la información que a su preservación. El libro ha sido un insigne instrumento de difusión (pensemos en el papel desempeñado por la Biblia impresa para la Reforma protestante), pero también de conservación. Es posible que en unos pocos siglos la única forma de acceder a las noticias sobre el pasado, cuando todos los soportes electrónicos hayan perdido sus propiedades magnéticas, siga siendo un bello incunable.

En ocasiones, desde la prensa tradicional, se nos despacha con un indulgente ¡cosas de la Red!, previa acusación de que somos  rehenes.  Alguien, que declara no navegar por Internet, tiene la osadía de ubicarnos en una región ocultamente furibunda. Los unos ignoran que tenemos las ataduras que queremos tener, desconocen que la mayoría estamos atados a nuestra libertad para escribir lo que nos venga en ganas y que no cambiamos nuestras palabras por euros. El otro, si él mismo afirma no frecuentar los blogs, su opinión tiene el rigor de la intuición. En la blogosfera, con demasiada frecuencia, sucede algo parecido y nos investimos de una aureola de necedad insufrible para contemplar a los medios tradicionales sólo como presos de intereses políticos y económicos. Si nos quedamos sólo en eso, nos quedamos en nada.

Esto de la lectura es un campo minado de autores interesantes y de copistas, con columna o blogs, sobrados de un  paletismo de botijo  por muy cosmopolitas que se nos pretendan presentar. Valga alguna paletada de tierra encima para cuando algún incauto quiera sentar cátedra: podrán cambiar los medios y los soportes pero no la necesidad de usar la criba.   ¡Sigamos leyendo!